La nuda propiedad permite a los propietarios vender el título de su inmueble, manteniendo el derecho de usufructo, es decir, la posibilidad de continuar habitando la propiedad o alquilarla y recibir los frutos económicos de esa renta. Delfino, directora comercial de NUDA, explicó: “Es una solución que mejora la calidad de vida de las personas mayores, dándoles ingresos genuinos sin que deban endeudarse o renunciar a su autonomía”.
Desde su creación en 2017, la empresa NUDA ha marcado un antes y un después en el mercado inmobiliario uruguayo. Fundada por Valeria Delfino y Constanza Boix, esta iniciativa combina innovación, impacto social y una propuesta que desafía paradigmas culturales profundamente arraigados en el país. El concepto clave detrás de su modelo de negocio, la nuda propiedad, está legislado en el Código Civil uruguayo, pero hasta la aparición de NUDA no había sido implementado a nivel empresarial.
El origen de NUDA está marcado por una conversación casual entre Boix, ingeniera química, y una amiga italiana de su madre que mencionó la venta de una nuda propiedad. Intrigada, Boix investigó el concepto y descubrió que era ampliamente utilizado en Europa, pero prácticamente desconocido en Uruguay. Según Delfino: “Este modelo ya estaba previsto en la legislación, pero nadie lo había desarrollado como un negocio formal. Decidimos tomar las experiencias europeas, especialmente el modelo español, y adaptarlas a nuestra realidad local”.
El desafío principal no solo era implementar un modelo innovador, sino también romper con las barreras culturales. En Uruguay, la propiedad es vista tradicionalmente como un legado familiar. “Entendemos que existe una fuerte cultura de la herencia, y muchas personas dudan en tomar decisiones que pueden ser vistas como un detrimento del patrimonio familiar. Sin embargo, también hemos visto hijos que presentan esta opción a sus padres como una solución para mejorar su calidad de vida”, señaló Delfino.
Impacto económico y social
Además, NUDA ofrece diversas modalidades de pago, como el cobro al contado, una combinación de contado y cuotas, o una renta vitalicia. Sin embargo, en Uruguay esta última opción ha enfrentado resistencia cultural. “Mientras en España la renta vitalicia es la opción preferida, aquí la mayoría opta por cobrar todo al contado”, comentó Delfino.
Una empresa con propósito
Desde sus inicios, NUDA se ha diferenciado de una inmobiliaria tradicional. Según Delfino: “Nuestro propósito siempre fue mejorar la calidad de vida de las personas mayores. Aunque la transacción involucra un inmueble, el enfoque es mucho más amplio. Por ejemplo, organizamos actividades recreativas, como talleres de teatro, para fomentar la interacción social entre mayores de 65 años”.
Para fortalecer su credibilidad, NUDA recibió apoyo institucional de entidades como la Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE), la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). “Estas instituciones nos ayudaron no solo con capital, sino también validando nuestra propuesta. Esto fue clave para generar confianza en un modelo que rompe paradigmas culturales”, destacó Delfino.
Desafíos culturales y éticos
El modelo de NUDA enfrenta críticas y desafíos éticos inherentes. Algunos ven la compra de una nuda propiedad como una inversión basada en la expectativa de vida del vendedor, lo que genera incomodidad. Delfino defendió la perspectiva de la empresa: “No se trata de esperar que alguien fallezca. Nosotros lo vemos como una oportunidad para mejorar la calidad de vida de una persona mientras está viva. Es una inversión con impacto positivo y social”.
Otro aspecto que genera dudas es la transferencia de derechos sucesorios. Delfino explicó: “Cuando alguien vende la nuda propiedad, el inmueble sale de su patrimonio heredable. Esto es difícil de aceptar en una cultura tan enfocada en la herencia, pero creemos que es importante priorizar el bienestar presente de la persona”.
NUDA también asegura la transparencia y legalidad de cada transacción. “Siempre pedimos un certificado médico que acredite que la persona está en pleno uso de sus facultades mentales y recomendamos que cuente con el asesoramiento de un escribano. Estas garantías son esenciales para proteger tanto al vendedor como al comprador”, afirmó Delfino.
Afirma que se trata de todo un desafío encarar y poner sobre la mesa correctamente la temática: “Hablamos de todos los temas que son difíciles de conversar, la vejez, la muerte y el dinero”.
Proyecciones y expansión internacional
A medida que la empresa consolida su presencia en Uruguay, donde amplía su alcance a través de alianzas locales en varios departamentos, lo que le permite llegar a personas de San José, Colonia, Canelones, Florida, Durazno, Salto, Soriano, Paysandú y Maldonado, NUDA también mira hacia el exterior.
Actualmente, trabaja en la creación de una filial en España, donde planea implementar un fondo de inversión en NUDA propiedad. Este modelo permitiría a los vendedores recibir el pago de inmediato y ofrecería a los inversores una cartera diversificada de inmuebles. “La despersonalización de la inversión es clave, porque elimina esa percepción incómoda de que alguien está esperando la muerte de otra persona para obtener un retorno”, señaló Delfino.
El éxito en España podría ser el punto de partida para expandirse a otros países de América Latina, como Argentina, Chile y Perú. “Queremos replicar este modelo en la región, pero primero necesitamos consolidarlo en Europa”, indicó Delfino.
Un modelo transformador
En siete años, NUDA ha atendido a más de 300 consultas mensuales y completado transacciones que han permitido a muchas personas mayores acceder a recursos económicos para vivir mejor. Si bien el camino ha estado lleno de desafíos, Delfino y Boix han demostrado que es posible innovar en un mercado conservador y, al mismo tiempo, generar impacto social.
Para Delfino, el éxito de NUDA radica en la confianza y en la capacidad de ofrecer soluciones equilibradas. “Este es un modelo en el que todos ganan. Las personas mayores obtienen los recursos que necesitan, los inversores diversifican sus portafolios y, lo más importante, cambiamos vidas”.
Con su enfoque ético y su visión de futuro, NUDA se posiciona como un ejemplo de innovación social y empresarial, desafiando paradigmas y demostrando que los negocios también pueden ser un motor para el cambio.
Más datos:
Desde su creación, NUDA ha recibido un promedio de 300 consultas mensuales sobre la venta de nuda propiedad. La mayoría de las transacciones (90%) se realiza al contado, mientras que solo un 10% opta por la renta vitalicia. Los descuentos sobre el valor de mercado de las propiedades oscilan entre el 30% y el 70%, dependiendo de factores como la edad del vendedor y el tiempo estimado de usufructo. En promedio, las personas que venden obtienen ingresos equivalentes a 500 dólares mensuales al dividir los montos totales recibidos.
El modelo de negocio de NUDA no solo busca generar valor económico, sino también tener un impacto social positivo. Delfino describió: “La nuda propiedad es una herramienta que permite a las personas mayores generar ingresos adicionales, mantener su independencia económica y evitar el estrés asociado a endeudamientos. Esto les da la posibilidad de cumplir sueños postergados o simplemente disfrutar de actividades cotidianas como ir al cine o al teatro”.
La empresa opera bajo un sistema financiero cuidadosamente diseñado. El valor de la propiedad se determina mediante un modelo que considera variables como el valor de mercado, la edad del vendedor, los costos anuales de impuestos y la ubicación del inmueble. Delfino explicó: “El descuento mínimo sobre el valor de mercado es del 30%, lo que implica un usufructo estimado de cinco años. En casos de mayores plazos, como 25 años, el descuento puede llegar al 70%”.
