«Declaramos nuestra convicción de que el sufrimiento de los niños afectados por los conflictos armados es una de las preocupaciones políticas y humanitarias más agudas de la actualidad», resaltaron los países en una declaración tras el encuentro, celebrado en Doha con la colaboración de la Liga Árabe.
En este sentido, las discusiones, a las que acudió también Gamba, se centraron en la necesidad de proteger a los menores, así como en los ataques a los centros escolares, la vulnerabilidad de los niños con discapacidades y los desplazados internos y refugiados.
En un comunicado remitido este miércoles por la Oficina de Gamba, la representante especial aseguró durante la apertura de la cumbre que «proteger a los niños es una obligación moral y legal conjunta», así como una inversión» en un «futuro común de paz».
Los países árabes alabaron la cooperación entre Naciones Unidas y la Liga Árabe al respecto y se comprometieron así a promover «estrategias nacionals y regionales» para «prevenir violaciones de derechos graves contra los menores» y a incrementar «las buenas prácticas».
Al encuentro también acudieron representantes de distintas agencias de Naciones Unidas, como el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Alto Comisionado de la ONU los Refugiados (ACNUR) o la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
