El Día Mundial para Proteger la Educación de Ataques, instituido por la Asamblea General de la ONU en 2020, se conmemora hoy con el objetivo de concienciar sobre el impacto devastador de los conflictos armados en la educación. Este año, la ONU destaca un preocupante aumento en las violaciones graves contra menores en zonas de guerra, subrayando la urgencia de proteger las instituciones educativas y garantizar el acceso a una educación de calidad.
António Guterres, Secretario General de la ONU, enfatiza que la educación es un derecho humano esencial, fundamental para el ejercicio de todos los demás derechos. Los ataques a las escuelas y las interrupciones en el aprendizaje no solo provocan consecuencias físicas y psicológicas graves, sino que también elevan las tasas de abandono escolar y privan a los niños de una educación adecuada.
El informe más reciente sobre niños y conflictos armados revela cifras alarmantes: 32,990 violaciones graves contra 22,557 menores en 2023. Los conflictos más severos se han registrado en Palestina, la República Democrática del Congo, Myanmar, Somalia, Nigeria, Israel y Sudán. El uso de armas explosivas en áreas pobladas también ha tenido un impacto devastador, dificultando la entrega de ayuda humanitaria.
En respuesta a estas crisis, la ONU hace un llamado a los gobiernos y a la comunidad internacional para que adopten medidas efectivas para proteger las escuelas, garantizar la seguridad de los estudiantes y el personal educativo, y asegurar el acceso a la educación incluso en situaciones de emergencia. La financiación y el compromiso global son esenciales para enfrentar estos retos y garantizar que los niños afectados por conflictos puedan continuar con su educación en un entorno seguro.
