En la asamblea, hicieron uso de la palabra el ministro de Turismo Tabaré Viera, la secretaria General del Codicen Virginia Cáceres, los diputados Conrado Rodríguez y Marne Osorio, Nicolás Albertoni, el viceministro de Vivienda Tabaré Hackenbruch y el expresidente Julio María Sanguinetti.
Luego de escuchar informes de turismo inclusivo, reformas educativa y de la seguridad social, panorama internacional, y asentamientos, el doctor Sanguinetti propuso una declaración que fue aprobada por unanimidad.
Seguido se homenajeó a los jóvenes convencionales nacionales y departamentales, haciéndoles entrega de un diploma y a los jóvenes convencionales nacionales se les entregó además una medalla de Fructuoso Rivera. Más de 300 dirigentes y jóvenes participaron de la Asamblea.
Posteriormente, Batllistas Unidos emitió una declaración en la que se realizó un repaso de lo acontecido durante 2022 y el balance de actuación. Se señala también que nuestro país «muestra estabilidad y crecimiento, al impulso de sus sectores exportadores» y que, por lo tanto, «ese crecimiento nos lleva por lo mismo a señalar que ha llegado la hora de comenzar a dar cumplimiento a la promesa electoral de rebajar el IASS y el IRPF». «Como Batllistas entendemos que en una primera instancia es fundamental poner el foco en las personas con salarios y jubilaciones menores que hacen un enorme esfuerzo para pagar éstos impuestos», agregó. A continuación, el texto completo de la Declaración: «
«La Agrupación de gobierno de `Batllistas Unidos’, al aproximarse el fin de este difícil 2022, formula su convencido reconocimiento a lo actuado por el gobierno de Coalición. En el referéndum contra la LUC, que definía las prioridades del nuevo gobierno, se libró un gran debate de ideas y rumbos, en que nuestra participación fue decisiva en el logro de un resultado imprescindible para la continuidad de la gestión. Todos y cada de nuestros integrantes realizó, en todo el país, el máximo de los esfuerzos, ratificando nuestra lealtad a la Coalición que fue un proyecto al cual servimos desde su misma gestación.
Sobre esa sólida base, el país se ha puesto en marcha hacia el futuro, afrontando dos reformas estructurales que unánimemente se consideran fundamentales. En ambas, nuestra participación es relevante y el compromiso irrenunciable.
En la educación, se intenta superar una desastrosa gestión frentista que, pretendiendo desconocer la enorme obra de la reforma del gobierno batllista de 1995, llevó al país a una verdadera crisis. En medio de una transformación civilizatoria que nos lleva de la sociedad industrial a la digital, el protagonismo del tema es insoslayable, al producirse un cambio sustancial en la calidad del empleo. Solo por este camino podremos ofrecerle a la juventud la imprescindible igualdad de oportunidades que nos desafía.
En la seguridad social, el gobierno anterior insistió, a través de sus mayores voceros, en la necesidad de una reforma que le diera sustentabilidad al sistema pensionario, con una perspectiva de mediano plazo. Lo proclamó pero no lo hizo y ese desafío lo hemos asumido en este período, sin ningún interés fiscal inmediato pero si con un profundo sentido de responsabilidad ante las nuevas generaciones, a las que no les podemos legar las condiciones de una crisis.
En un mundo inestable, con una guerra europea de proyecciones aun imprevisibles, una inflación en ascenso y una reconversión energética de profundas consecuencias, nuestro país muestra estabilidad y crecimiento, al impulso de sus sectores exportadores. Se han manejado con rigor las finanzas públicas, el déficit y la inflación están en niveles administrables, el empleo se ha venido recuperando y los servicios sociales del Estado están atendiendo como nunca las necesidades de la población, al recuperar los efectos producidos por una pandemia que también se enfrentó con incuestionable éxito. Desde la alimentación de los sectores más carenciados hasta la conectividad en las pequeñas ciudades y pueblos del interior, desde el plan de inclusión social en la energía eléctrica hasta el inicio de un importante programa de saneamiento y reconversión de asentamientos, podemos afirmar que nuestro Estado preserva el espíritu histórico del Batllismo.
Si nos comparamos con los problemas que sacuden al mundo y a nuestra región, el balance es reconfortante. Ese crecimiento nos lleva por lo mismo a señalar que ha llegado la hora de comenzar a dar cumplimiento a la promesa electoral de rebajar el IASS y el IRPF. Como Batllistas entendemos que en una primera instancia es fundamental poner el foco en las personas con salarios y jubilaciones menores que hacen un enorme esfuerzo para pagar éstos impuestos.
En la defensa de los trabajadores y jubilados, deberemos seguir avanzando en la medida de las posibilidades económicas del país.
Los desafíos de este extraño e inesperado tiempo histórico, no nos cambian el ánimo optimista de sentir que podemos seguir desarrollándonos con vigor. Tendremos que lograr una más amplia inserción internacional, mejorar la competitividad nacional, culminar la recuperación salarial y seguir adelante con la inversión en producción e infraestructura.
La gestión de gobierno enfrenta una oposición iracunda y de a ratos escandalosa. Así está ocurriendo desde el momento en que se desató la pandemia. La asumimos con serenidad y tampoco nos cambia nuestro histórico espíritu de construcción, al cual nos debemos desde el fondo de la historia. Así hemos transitado estos tres años y así seguiremos haciéndolo hasta que culmine este período que desde ya podemos afirmar marca un hito en el comienzo de este nuevo siglo.
Al llegar al fin de año, hemos pasado ya la mitad de este gobierno y seguimos atravesando con éxito esas crisis internacionales aun no resueltas.
Nunca estamos, ni estaremos satisfechos con lo alcanzado. Sin embargo, nos embarga la convicción de que se ha hecho, y se sigue haciendo, lo mejor posible para la República».