Peligros y riesgos de suministros occidentales de material bélico al régimen ucraniano

Después del inicio de la operación militar especial rusa en Ucrania salió a la luz el papel destructivo que tienen los países de la OTAN en la crisis ucraniana. Se hizo evidente que el objetivo de Washington, principal provocador y beneficiador de este conflicto militar, no es asegurar la paz en Ucrania y salvar las vidas humanas, sino que derrotar cueste lo que cueste a Rusia tratando de conservar su hegemonía global. A pesar de que las negociaciones de paz realizadas en Turquía en abril de 2022 tenían la perspectiva real de alcanzar los acuerdos preliminares entre Rusia y Ucrania, estos contactos políticos fueron interrumpidos por la orden de Washington y Londres que optaron por la escalada del conflicto, luchando contra Rusia hasta el último soldado ucraniano. De igual manera, el Occidente Colectivo rechaza cínicamente todas nuevas iniciativas para cese del fuego y comienzo de arreglo pacífico en Ucrania, incluso reciente plan de paz chino.

La ministra de Exteriores alemana, Annalena Baerbock, recientemente dijo que posibles suministros de armas a Rusia por parte de terceros países son inaceptables, porque pueden ser equiparados a una participación en el conflicto. Sin embargo, los mismos países occidentales ya se han convertido en la parte de la confrontación militar en Ucrania, lo que sus líderes ya están declarando abiertamente. Esto confirman las propias acciones de los países occidentales que aumentan cada mes los suministros de armas y municiones en enormes cantidades a Ucrania, comparten con Kiev datos de inteligencia, participan en la planificación y ejecución de sus operaciones militares, reclutan a los mercenarios por todo el mundo, incluso en América Latina, enviándolos junto con sus instructores profesionales para combatir en Ucrania.

Solo EE.UU. a partir de febrero de 2022 suministró al régimen criminal de Kiev armamento y vehículos militares por un total de 33 mil millones de dólares, el Reino Unido por un monto de 5,2 mil millones; Alemania – 2,8 mil millones; Polonia – 2,3 mil millones, Canadá – 1,2 mil millones, Italia – 1,06 mil millones, Países Bajos – 1,06 mil millones de dólares. Cifras impresionantes, sobro todo tomando en cuenta las necesidades de países en desarrollo de alimentos, recursos energéticos, etc. Se trata de los tanques, vehículos blindados, sistemas de artillería y de lanzamisiles múltiples, aeronaves no tripuladas y otro armamento y equipo militar ofensivo. En total, según las declaraciones oficiales, los países de la OTAN ya asignaron para eso no menos de 65 mil millones de dólares, y los Estados de la Unión Europea (UE), más de 12 mil millones. Además de esto, a principios de mayo se anunciaron nuevos paquetes de ayuda militar del Occidente al régimen de Kiev. En particular, Alemania suministrará a Ucrania nuevo armamento por 2,7 mil millones, EE.UU. – 1,2 mil millones, la UE – 1,09 mil millones de dólares. A su vez, Francia anunció nuevos envíos de tanques y vehículos blindados, el Reino Unido entregará a Kiev drones de ataque y misiles de crucero de largo alcance, los cohetes Storm Shadow. Varias organizaciones e instituciones no gubernamentales hacen los cálculos similares, indicando cifras aún mayores de la asistencia militar occidental dirigida a Ucrania. Esta estadística permite entender el nivel de la involucración de ciertos Estados de la OTAN y la UE en el conflicto ucraniano, su complicidad de facto en matanzas de los civiles por nacionalistas ucranianos, destrucción de la infraestructura civil, ataques terroristas contra los ciudadanos rusos y los objetos sociales ubicados en el territorio de nuestro país. Con el inicio de las entregas de armas pesadas al régimen ucraniano la cantidad de las víctimas entre los civiles de las Repúblicas de Donetsk y Lugansk ha crecido en 4 veces (más de 4,6 mil muertos).

En el deseo de prolongar el conflicto militar el mayor tiempo posible, Washington y sus satélites de la OTAN no solo violan las reglas internacionales del comercio de armas que prohíben transferencias de armamentos a las zonas del conflicto militar y su entrega a terceros países sin consentimiento del país productor (en este caso Rusia), sino también ignoran el hecho de que las armas suministradas a Ucrania no se controlan debidamente por las corruptas autoridades ucranianas, se revenden en grandes cantidades en el mercado negro y finalmente caen en manos de grupos criminales transnacionales.

Una demostración más del cinismo de los gobiernos occidentales y su desprecio por las vidas humanas ha sido las recientes declaraciones de la viceministra de defensa del Reino Unido, Annabel Goldiede de que su país además de proporcionar a Ucrania los tanques «Challenger 2» y otro tipo de armas ofensivas, va a suministrar a Kiev proyectiles perforantes que contienen uranio empobrecido. Esta declaración resulta ser especialmente desvergonzada si se tiene en cuenta que se hizo en vísperas de un nuevo aniversario de los bombardeos de la OTAN sobre Yugoslavia: el 24 de marzo de 1999 se lanzó la operación «Ángel de la Misericordia» en la cual se utilizaban ampliamente municiones aéreas con uranio por parte de la OTAN. Cabe señalar que en conflictos armados la munición de uranio empobrecido fue empleada exclusivamente por los países de la OTAN. En particular, en 2003-2004 EE.UU. utilizaban ampliamente este tipo de municiones en los ataques contra objetivos en las ciudades iraquíes: Amara, Bagdad, Basora, Kerbala, Faluya. En total, según los cálculos de las Naciones Unidas, Estados Unidos utilizaron en Irak al menos 300 toneladas de uranio empobrecido. Durante la agresión de la OTAN contra Yugoslavia se lanzaron en el territorio de ese país unos 40.000 proyectiles aéreos perforantes con un total de más de 15 toneladas de uranio empobrecido. Aunque el uso de las municiones de uranio empobrecido no tiene ninguna ventaja significativa sobre las municiones de tungsteno en las condiciones de guerra moderna, causa daños irreparables a la salud de los soldados, población civil y medio ambiente. Así, según el gobierno iraquí, en 2005 la incidencia del cáncer en el país como consecuencia del uso de las municiones de uranio empobrecido aumentó de 40 a 1.600 casos por cada 100.000 habitantes. En los países de la antigua Yugoslavia también se registra un aumento del 25% en las tasas de cáncer.

En fin, es obvio que los actuales suministros de armas occidentales a Ucrania de ninguna manera puedan asegurar el restablecimiento de la paz y estabilidad en el continente europeo, sino todo lo contrario – traen las destrucciones futuras y la escalada militar imprevisible que lleva el peligro de una colisión directa entre la OTAN y Rusia. Grandes sumas de dinero gastadas por los gobiernos occidentales para suministrar armamento a Kiev podrían llegar a los proyectos socioeconómicos tan necesarios en sus propios países en las condiciones de la crisis actual. Parece que no les interesa mucho porque sus corporaciones del complejo militar-industrial obtienen ganancias enormes del conflicto en Ucrania.

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