La Confederación Sudamericana de Fútbol, mejor conocida como la Conmebol, dio a conocer la sanción aplicada a Peñarol por el recibimiento a Flamengo y a Botafogo en la fase final de la Copa Libertadores. La amonestación incluye un pago de 263 mil dólares (dinero que se descuenta de los premios de participación internacional) y tres partidos a puerta cerrada en la Fase de Grupos de la Libertadores del próximo. Siendo una de las sanciones más severas aplicada a un club por parte de Conmebol.
Según el ente rector del fútbol sudamericano, el club uruguayo violó once infracciones del Código Disciplinario y Manual de Competiciones de la Copa Libertadores en el encuentro contra Flamengo y reincidencia contra Botafogo, entre ellas hechos de racismo, uso de pirotecnia que se dio en forma reiterada en los partidos como local en la Libertadores 2024 y otros ítems como invasión o tentativa de invasión del terreno de juego; perturbar el bienestar, tranquilidad y seguridad de una delegación en hoteles y traslados; agresión colectiva, riña o tumulto; entre otros.
Además, el comunicado afirma que, en caso de reiterarse cualquier infracción de igual o similar naturaleza, la Comisión Disciplinaria podría volver a sancionar con, por ejemplo, el cierre parcial o total del estadio para sus siguientes tres partidos en condición de local.
El arquero Washington Aguerre fue multado con US$15.000 por la infracción del artículo 11.2 literal q) del Código Disciplinario de Conmebol, que constituye “causar daños”. Fuentes cercanas al club, afirman que los dirigentes del Manya van a apelar a esta dura sanción. La directiva solicitó los fundamentos del fallo y, una vez los reciba; se estima que sea en aproximadamente 10 días, tendrán siete días para apelar.
Pobres muchachos, solo por festejar tirando unos buscapiés, suerte que algunos que estaban presos en Río se salvaron.
Le sale cara la participación en Copa Libertadores a Peñarol. Entre gastos de viajes y multas suma posiblemente más dinero del que percibe. Y aunque juegue apuertas cerradas como local, sin recaudar una moneda, puede seguir generando multas, porque en las idas al exterior los pibes siguen haciendo barrabasadas. Y sumarle los pasajes, alojamientos, comidas, entradas y gastos judiciales por los líos que arman.