Esta semana se celebró la Feria Expo Innovación Ciudades Inteligentes en el Atrio de la Intendencia de Montevideo y de la mano de CASMU el periodista Gabriel Pereyra brindó una charla titulada “Una ciudad, dos poblaciones”, donde enfrentó desde una “mirada social” las dos realidades que hay en el departamento.
Iniciando su oratoria aclaró que a “estos fenómenos puede ser difícil ponerles una fecha porque uno se va acostumbrando paulatinamente a lo que pasa” y se colocó como referencia contando una anécdota sobre su infancia: “porque cuando uno piensa en la fragmentación social, se imagina un esquema de Avenida Italia Sur y Norte y en realidad es bastante más complejo, hace 50 años en la esquina de mi casa había una escuela pública con comedor y todos los pibes del cantegril iban ahí y desde esa época la interacción entre quienes vivíamos cerca de la avenida y quienes vivían en el cante terminaba en lío, entonces mi madre para evitarme esa situación complicada me mandaba a otra escuela pública y en ese gesto amoroso ya había una fragmentación dentro de los sectores populares”.
“A veces decimos que en Uruguay no hay una grieta política pero hay una grieta social y hay datos que demuestran cómo en una misma ciudad tenemos dos tipos de población», expresó y acompañó su oratoria mediante diapositivas con cifras.
Pereyra cuestionó entonces qué está pasando “si los más pobres son más tontos” donde “siete de cada 10 en el tercer año de primaria, en los contextos desfavorables, no son capaces de ubicar información en un texto. Imaginense lo que es esto llevado a la secundaria” y “normalmente entendemos saber que los problemas de la educación son la causa de algo y nos cuesta mucho ver los resultados educativos como la consecuencia de algo y no como la causa” ejemplificando con la imagen del cerebro de dos niños de tres años, donde uno es nacido en la pobreza (siendo el menos desarrollado) y otro en los sectores pudientes (el más desarrollado), “entre el nacimientos y los dos años, el cerebro crece al 35%, hasta los tres años al 50% y entre los tres años y los 40 un 52%”.
En ese sentido trajo a colación la frase del psiquiatra Gabriel Rossi donde ejemplifica la situación como: “mientras el vidrio está caliente uno lo moldea, cuando el vidrio se enfría, ya no lo podemos moldear”, a lo que Pereyra agregó que “lo que pasa en los primeros mil días de vida es fundamental para todo el resto de la vida”, explicando que “no estoy diciendo que el sistema educativo no sea responsable de algunas cosas, estoy diciendo que hay ejemplos de niños que en la primera infancia la pasaron mal y fueron insertos en uno de los mejores sistemas educativos del mundo y el sistema educativo no pudo revertir la biología”.
En otra diapositiva mostró como Uruguay, en cuanto a la situación de pobreza infantil, se encontraba mejor que otros países países de la región “pero cuando hablamos de infantilización de la pobreza somos los peores de la región” conceptuando que “la infantilización de la pobreza es la cifra de niños pobres en relación a otras edades”.
“Según Unicef con 120 millones de dólares anuales se podría terminar con la pobreza infantil, pero la inversión privada es 7 veces superior en los quintiles altos que en los bajos. El dinero público entre el quintil alto y el bajo tiene un 10 por ciento de diferencia. Pero lo que las familias necesitan para que sus hijos tengan la educación que merecen es entre 7 y 12 veces superior que lo que el Estado debería invertir para equiparar, no solamente las carencias del momento sino las que se arrastran desde la panza de la madre”, explicó.
Pereyra colocó otra interrogante sobre la mesa: “cómo no vamos a tener dos poblaciones en un mismo territorio cuando el 70% de los montevideanos viven en zonas de alta violencia, siendo todas en la periferia”, según las cifras siete barrios concentran la mitad de los homicidios. Peñarol con igual concentración poblacional que Pocitos tuvo 40 homicidios en 1 año y en ese mismo periodo Pocitos tuvo uno y entiende que “somos un territorio demasiado pequeño para que vivan dos poblaciones”.

“El paradigma prohibicionista no va a permitir nunca terminar con el consumo”
Trayendo el narcotráfico a colación explicó que en nuestro país “la costa y los sectores de alto ingreso ponen los consumidores y la periferia pone los muertos, porque hay dos políticas, una de tolerancia con la demanda donde se puede consumir sin ser delito, pero la oferta que provee esa demanda se reprime de manera radical” concluyendo que “entonces la presencia del Estado es necesaria para que haya violencia en la periferia, aunque muchas veces pensamos que esa presencia nos va a asegurar dosis bajas de violencia en realidad es lo contrario, porque si nosotros le pudiéramos preguntar a las madres de la periferia, qué es lo que prefieren, si las bocas funcionando y se terminen los tiroteos o que las bocas sean atacadas y hayan tiroteos todos los días, eligen lo primero”.
“La boca es un fenómeno que existió y siempre va a existir porque no existe en la historia de la humanidad, un país que haya logrado combatir el narcotráfico en el consumo y en el tráfico, lo que se puede hacer es reducir los niveles de violencia”, entonces considera que hay que entender como Estados Unidos, que “el paradigma prohibicionista no va a permitir nunca terminar con el consumo y que lo que hay que hacer bajar los niveles de violencia con lo que se llama represión condicional”, situación “difícil de aplicar para las políticas públicas, hay que tener mucho coraje mucho liderazgo, pero nuestra manera de combatir el narcotráfico está generando otra vez una afectación en la población de la periferia y en la población de la costa”.
Más de la mitad de los montevideanos dicen sentirse inseguros o muy inseguros
Retomando la interrogante ejemplificó con datos del municipio F la diferencia de las dos poblaciones en una ciudad, donde el 11% de la población tiene 15 años o menos valor que duplica el observado en la zona central y costera, el 30% de los niños, niñas y adolescentes viven en la pobreza siendo valores 15 veces superiores que en la zona central y costera, en el año hubieron 19 homicidios cada 10.000 habitantes lo que duplica el nivel de todo Montevideo, el 40% de los habitantes dicen haber sido víctima de alguna rapiña 6% superior al total de la ciudad, el 18% de las personas menores de 24 años no estudian ni trabajan cuando en los municipios CH es del 4% y en el B 4,7%, la pobreza por ingreso es del 19% y prácticamente no existe en el municipio CH y es mínima en el B, entre otros datos.
“Cuando hablamos de ciudad” más de la mitad de los montevideanos dicen sentirse inseguros o muy inseguros en los espacios públicos de su entorno más inmediato, los municipios de la periferia se encuentran en desventaja respecto al acceso de los espacios públicos por el miedo a la inseguridad y “hemos aprendido el error de concepto de que la calle necesariamente es lo más inseguro, cuando tenemos 30 muertes en el espacio privado por la violencia doméstica y ahí sí que es un ámbito donde el Estado le resulta muy difícil aplicar políticas públicas, porque de las puertas para adentro ya sabemos cómo es el asunto”.
Finalizando habló sobre “cuál es la idea que uno ve en el horizonte novedosa que no sean políticas sociales que tienen 100 años en el país, ¿qué hacemos? Hacemos todo lo posible por imponer nuestra cultura a la cultura de la periferia, pues no ha sido una cultura muy solidaria ni muy eficiente, entonces antes de imponernos deberíamos pensar, refundar un nuevo pacto social donde ambas culturas se respeten, pero la caja del estado la maneja la cultura del centro y la costa” y concluyó que “habría que replantearse las políticas sociales”.
En diálogo con Grupo R Multimedio explicó que “la educación es fundamental lo que pasa que si la pensamos como un periodo de la vida separado de la realidad que viven, solamente van a funcionar aquellos proyectos como el Liceo Jubilar, dedicados a trabajar en esas situaciones y que si bien pertenece a la familia de sectores pobres, son familias preocupadas y los problemas de la primera infancia no son solamente materiales, sino afectuosos, pero el problema que tenemos son aquellas familias que por las razones que sea no tienen ninguna de las dos cosas y hay que hacer algo con ellos también, hay que buscar otro enfoque y ver cómo uno puede entrar en ese sector”.
Y cual es la solucion?? , si no hay trabajo ni ganas de trabajar , nunca he escuchado a alguien que sepa que hacer. Muchos de nuestros bisabuelos no tenían educación y no sabían leer, pero trabajaban de lo que fuera, mantenían a su familia, y sobre todo les enseñaban a sus hijos a ser mejores.
Este país es generoso y todos queremos solucionar el tema, pero no hay nadie que sepa como. Empezaría por ahí…