Piden procesamiento de Ricardo Arab por el homicidio de los fusilados de Soca

El titular de la Fiscalía Especial sobre crímenes de Lesa Humanidad, Ricardo Perciballe, solicitó el procesamiento con prisión del represor Ricardo Arab por el crímen de los fusilados de Soca.

El 8 de noviembre de 1974, 5 miembros del Movimiento de Liberación Nacional – Tupamaros fueron secuestrados en Buenos Aires para ser trasladados clandestinamente a Uruguay en el marco de un operativo del llamado Plan Cóndor, coordinación represiva de las dictaduras del Cono Sur. Una vez en Uruguay, los secuestrados fueron llevados al centro clandestino de detención conocido como La casona de Punta Gorda en donde fueron torturados.

El 20 de diciembre del mismo año los 5 militantes fueron fusilados en la ruta 70, en un campo cercano a la localidad de Soca, en el Departamento de Canelones a unos 50 km de Montevideo. Las víctimas fueron Floreal García, Mirtha Hernández, Héctor Brum, María de los Ángeles Corbo (embarazada de 6 meses y medio en el momento de su fusilamiento) y Graciela Estefanell. Junto con el grupo también fue secuestrado y traído de Buenos Aires a Montevideo Julio Abreu, quien se encontraba junto a algunas de las víctimas celebrando un cumpleaños y que luego fuera liberado por las Fuerzas Conjuntas quedando como único sobreviviente y testigo de la masacre.

Abreu fue liberado 4 días después de los fusilamientos bajo amenaza de asesinarlo si relataba los hechos de los que había sido testigo. Por esto tardó 30 años en brindar su testimonio. Abreu reveló que luego del secuestro los detenidos estuvieron alojados en 3 centros clandestinos de Buenos Aires y que en Montevideo fueron torturados, además de en la Casona de Punta Gorda, en el Servicio de Información de Defensa ubicado en Bulevar Artigas y Palmar.

Gracias al testimonio de Abreu se supo de la existencia del llamado “vuelo cero” en referencia al primer y segundo vuelo sucedidos más tarde en 1976 que también consistieron en el traslado clandestino de detenidos de Argentina a Uruguay.

Amaral García

En el momento del secuestro, las víctimas Floreal García y Mirtha Yolanda se encontraban con su pequeño hijo Amaral García de 3 años de edad quien fuera apropiado y entregado a una pareja de funcionarios de la Secretaría de Inteligencia argentina.

En 1984, Abuelas de Plaza de Mayo encontró a Amaral bajo el cuidado de una pareja de policías llamados Liliana Dorothy Ramona Calderón y José Antonio Moreno, quienes lo habían registrado como su hijo biológico. Después de la muerte de la pareja, Amaral quedó al cuidado de sus abuelos maternos. Sin embargo, después de la muerte de los abuelos, Amaral fue llevado a Formosa por un falso medio hermano, que resultó ser un miembro de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE). El 5 de diciembre de 1984, Abuelas de Plaza de Mayo comenzó un proceso legal en la Justicia Federal para recuperar al niño Amaral. En julio del año siguiente, se iniciaron los procedimientos judiciales para su restitución, que incluyeron pruebas inmunogenéticas realizadas por el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG). En septiembre de 1985, la justicia dictaminó que Amaral era el hijo biológico de Mirtha y Floreal, por lo que se le restituyó su verdadera identidad y pasó a vivir en Montevideo.

Ricardo Arab

El fiscal Perciballe pidió el procesamiento de Ricardo “Turco” Arab por cinco delitos de homicidio muy especialmente agravado, dos delitos de privación de libertad, un delito de abuso de autoridad y otro de supresión y suposición de estado civil en perjuicio de Amaral García. Perciballe consideró que se encuentra “absolutamente probado” que el procedimiento que terminó en los fusilamientos estuvo a cargo de agentes del Departamento III del SID, al que pertenecían los represores José Nino Gavazzo, Manuel Cordero, José Ricardo Arab y Gilberto Vázquez.

Perciballe recordó que el propio Arab admitió en su testimonio haber realizado tareas “de enlace con el exterior” entre los años 1971 y 1976 cuando tenía el rango de Capitán y su destino era la sede central de la SIDE en Buenos Aires. Hoy Arab se encuentra cursando prisión domiciliaria debido a su estado de salud por varios crímenes entre los que se encuentra el asesinato de María Claudia García de Gelman. Según se pudo determinar, el represor participó del traslado de María Claudia hacia la base Valparaíso en donde se cree fue asesinada. Por este delito se le condenó en 2017 a 30 años de penitenciaría, sentencia que fue ratificada por un tribunal de apelaciones en 2018.

Arab también fue condenado, junto con José Nino Gavazzo, como autores responsables de 28 delitos de homicidio muy especialmente agravados, a la pena de 25 años de penitenciaría por su participación en la secuestro, torturas, asesinato y desaparición de ciudadanas y ciudadanos uruguayos en Argentina en 1976

El represor ingresó al Ejército en 1958, en el Arma de Ingenieros. Con el grado de mayor, actuó en el Servicio de Información de Defensa (SID) en 1976, y luego se integró al Órgano Coordinador de Operaciones Antisubversivas (OCOA). Participó de operativos de detención en el campo de concentración y centro clandestino de torturas, Automotores Orletti y en los traslados de uruguayos desde Argentina. El 9 de febrero de 1978 fue dado de baja y degradado “por degenerado”, término empleado por la dictadura para definir a los homosexuales.

Memorial

En el año 2008 la llamada Comisión por la Memoria de los Fusilados de Soca, junto con la organización de ex presas y ex presos políticos, Crysol, concretaron el primer memorial sobre la masacre colocado en el lugar de los hechos. En diciembre de 2019, al cumplirse los 35 años de los hechos, la Junta Departamental de Canelones colocó un monolito en el lugar y el 15 de diciembre de 2018 se inauguró un memorial totalmente remodelado con los nombres de las víctimas grabados. La ruta 70, lugar de los fusilamientos, se llama, desde el año 2013 “Camino de los fusilados”.