La jueza penal de 27° turno, Silvia Urioste procesó con prisión a los militares Carlos Alberto Rosell y Glauco Yanone por privación de libertad y violencia privada, en la causa que investiga el secuestro de Universindo Rodríguez y Lilián Celiberti (con sus hijos Camilo y Francesca), que tuvo lugar en Porto Alegre, Brasil, 44 años atrás en noviembre de 1978.
La operación militar y policial llamada Zapatos Rotos buscaba detener al dirigente del Partido por la Victoria del Pueblo (Pvp) Hugo Cores que por ese entonces se encontraba en Brasil. Se trató de una típica operación de la coordinación represiva conocida como Plan Cóndor en donde las dictaduras de la región cooperaban en su accionar.
El 12 de noviembre de 1978, Rodriguez, Celiberti y sus dos hijos Francesca (3 años) y Camilo (7 años) fueron secuestrados de su apartamento en Porto Alegre e ingresados clandestinamente a Uruguay. Los niños fueron entregados a sus abuelos maternos luego de 18 días de secuestro en los que fueron retenidos como rehenes; Celiberti y Rodríguez fueron presos políticos hasta el año 1983.
Diario La R conversó con Lilián Celiberti acerca de la importancia de este fallo “no lo vivo como una cosa personal sino como un pequeño triunfo contra la impunidad” nos dijo.
Para Celiberti el fallo tiene connotaciones que trascienden el caso concreto: “básicamente los veo como un triunfo en un momento en el que hay intentos revisionistas, me parece que es afirmar la justicia como elementos constructor de la democracia” explicó.
Más allá de que el caso tuvo finalmente sus condenas, no se puede soslayar que estas se tuvieron lugar 44 años después, para Celiberti esto es una muestra de las debilidades que aun conserva el sistema de justicia nacional: “las dificultades que han habido para ser conscientes de que la justicia tiene que funcionar sin dobleces, también para los que violan los Derechos Humanos (DDHH) desde la instituciones del Estado y eso ha costado y ha sido un largo camino”, reflexionó al tiempo que recordó que “hubo una ley de caducidad y después cuando se empezó a juzgar han pasado muchos años y estos 44 años son parte de esas luchas”.
Celiberti nos comenta que los fallos de hoy también pueden servir para pensar acerca de nuestra sociedad y sus debes: “te deja también ese sabor de las dificultades que hemos tenido para construir sólidamente una democracia sin militarismo y sin privilegios para los violadores de DDHH” concluyó.
Niños víctimas directas
En las notas e informes acerca de la historia de este secuestro, pocas veces se menciona que además de Universindo y Lilián, hubo dos niños que fueron también secuestrados, separados de su madre y desaparecidos durante 18 días. Incluso cuando se los menciona no se suele hacer referencia al periplo que vivieron, distinto al de los adultos.
Para conocer más sobre esto, Diario La R conversó con Francesca Cassariego, hija de Lilián, acerca de cómo vivió ella la noticia del fallo: “es un sentimiento contradictorio. Por un lado de paz y tranquilidad. Porque es fundamental la justicia para marcar precedentes y para generar garantías de que estos hechos no vuelvan a pasar” nos dijo Francesca y agregó “mientras sigamos teniendo fuerzas armadas, es importante que los jóvenes que allí asisten sepan que los van a mandar presos si cometen delitos. Eso es importante”.
Sin embargo Cassariego lamenta la dilación en la resolución del caso: “casi 40 años después de hacer la denuncia y más aún de los hechos. Ahora son unos «pobres viejitos», no” nos dijo Francesca.
Conversando con Diario La R Francesca reflexiona sobre aquellas horas y la incertidumbre vivida por los dos niños: “si nuestro secuestro no tuvo el destino de la mayoría (asesinato y apropiación de menores) es porque no salió como los militares querían y debieron devolvernos y mantener con vida a Universindo y a mi madre” nos dice.
Por otra parte Cassariego enfatiza que “no son unos pobres viejitos, son personas que cometieron delitos de lesa humanidad, deben ser juzgados y cumplir condena. Aunque ya no les dan sus años de vida para que la cumplan, y ahí es dónde podemos hablar de la impunidad biológica, aunque hoy se haga justicia nos pesan 40 años de impunidad” dijo.
Con respecto a la investigación específica acerca del secuestro de los niños, Francesca explica que no se han registrado avances: “no se sabe nada, nadie se ha preocupado por decir dónde permanecimos secuestrados. Quién estaba a nuestro cargo. Cómo vivimos esos días privados de libertad”.
Cassariego concluye que “son muchas las preguntas aún sin responder. Sin embargo, celebro hoy este procesamiento, aunque espero aún que juzguen a (José) Bassani y a (Eduardo) Ferro que también están en esta causa. Bassani aún gozando de su libertad en España” lamentó Francesca.
Camillo Cassariego por su parte nos hizo llegar un texto en donde repasa los hechos y agradece al equipo legal que hizo posible este desenlace judicial: “queremos dar las gracias a el equipo de abogados del Observatorio Luz Ibarburu y al equipo de (Instituto de Estudios Legales y Sociales del Uruguay) IELSUR por el trabajo realizado, por vencer las trabas, las chicanas, las amenazas, la burocracia y todas las estrategias de los militares para burlar la justicia. Abogados que solidariamente se pusieron al servicio de esta causa y luchan incansablemente por verdad y justicia” expresó Camilo.
La Diputada del Frente Amplio, Cristina Lustemberg publicó en su twitter: “Después de 40 años actuó la justicia. Pensemos en los cientos que todavía faltan, pero hoy mi sentir está en Lilian, y sus dos hijos Francesca y Camilo. Sigamos exigiendo memoria, verdad y justicia” publicó Lustemberg.
Por su parte el espacio denominado Sitios de la memoria (dedicado a la investigación y recopilación documental sobre el terrorismo de Estado) publicó sobre Glauco Yanonne que “fue denunciado durante décadas por delitos de lesa humanidad” y recordó que tademás del secuestro de Porto Alegre, “también participó en el asesinato bajo torturas del militante Humberto Pascaretta”. Sitios de la memoria repasó que “hasta el año 2008 se mantuvo como docente en la Escuela Militar y como activo participante y presidente del Rotary Club del Cordón. Hasta ayer se mantuvo impune” concluyó.
La investigación penal fue realizada por la Fiscalía Especializada en Crímenes de Lesa Humanidad, a cargo del fiscal Ricardo Perciballe.