En los primeros 200 controles realizados en educación inicial, más del 10% de los niños de de quinto año, con edades entre 10 y 11 años, requirieron lentes, que serán producidos en un laboratorio público.
La Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) visita, a través del Programa Nacional de Salud Visual Escolar, centros educativos, para trabajar en la detección de patologías oculares en niños pequeños y así mejorar su calidad de vida y su desempeño académico. Esto implica la realización de pesquisas en clases de nivel 5 (o quinto año), por considerarla una edad oportuna para diagnosticar afecciones visuales y tratarlas. También se practica un tamizaje (screening) en otras clases, cuando el cuerpo docente percibe una dificultad en el aula.
La directora de Salud de Niñez y Adolescencia del organismo, Stefanía Cabo, explicó que este programa, relanzado en mayo de 2025 pero que había funcionado entre 2017 y 2019, procura garantizar el acceso y la equidad en salud visual en las escuelas públicas del país.
Si bien se comenzó por los centros Aprender y las escuelas rurales, se proyecta abarcar todo el territorio nacional en el quinquenio. En el primer mes, se concretaron unas 200 pesquisas; entre 10 y 15% de los examinados requirieron lentes. Las afecciones más comunes son miopía, hipermetropía y astigmatismo. “Cuanto más rápido y precoz sea el tratamiento, más eficaz es, por eso es importante hacerlo a los cinco años”, indicó Cabo. Durante los tres años que funcionó este programa, se concretaron 15.000 controles y se indicaron 1.000 lentes. Este relanzamiento incluye la reapertura de un laboratorio del Hospital de Ojos, donde se confeccionan los anteojos. Allí trabajarán docentes y estudiantes de la UTU y técnicos ópticos de ASSE. Una vez elaborados, se entregan en las escuelas.