Sandra Massera estrenó su nueva obra sobre Emilio Reus

“La sombra en el espejo”, una comedia dramática atravesada por el humor negro, la melancolía y la ironía.

Sandra Massera

En los salones del Museo de Arte Precolombino e Indígena (MAPI), la figura de Emilio Reus, empresario visionario del siglo XIX, recobra vida en una experiencia escénica única escrita y dirigida por Sandra Massera. La dramaturga, actriz y directora uruguaya construye con precisión una jornada imaginaria del “hombre del momento” en 1889.

Según Massera “la idea surgió hace ya como cinco años (…) conversando con el director del MAPI, Facundo de Almeida. Pensamos que sería muy interesante hacer una obra sobre Reus,  justo en el edificio que él mismo proyectó y no llegó a ver terminado”, explicó.

Destacando el valor simbólico del edificio, la puesta no solo cruza el tiempo, transforma el espacio en un escenario vivo y propone una experiencia teatral inmersiva. El público recorre distintos rincones del MAPI, acompañado por dos personajes de época —la cocinera de Emilio Reus y la institutriz de su hija— que lo guían como si fueran anfitrionas del siglo XIX.

“La sombra en el espejo”, se presenta en el Museo de Arte Precolombino e Indígena.

Las escenas se despliegan en salones y escaleras del museo, incluyendo el Salón Reus, un espacio que permanece cerrado al público y que fue abierto especialmente para esta obra, aportando un aura íntima. “Creemos que era su despacho original. Iluminamos el espacio con mucho cuidado, respetando la arquitectura. Todo contribuye a generar una atmósfera envolvente”, indicó Massera.

Entre los personajes históricos que rodean a Reus en esta obra se encuentra Francisco Piria, figura con la que mantenía una relación ambigua de rivalidad y admiración mutua. Ambos eran visionarios de su tiempo, y mientras Reus proyectaba obras monumentales en Montevideo, Piria impulsaba la idea de desarrollar la costa este del país, en una zona aún dominada por arenales y matorrales.

Reus, una historia de 1886 que tiene hasta una quiebra bancaria.

A partir de esa tensión entre el auge y la decadencia, Massera decidió situar la acción en una tarde clave de 1889, cuando Reus seguía siendo llamado “el hombre del momento”, aunque ya arrastraba dos quiebras y la caída del Banco Nacional, del cual era principal accionista. “Me interesaba ese momento de conflicto, cuando su imagen pública empieza a desmoronarse. Y a la vez construir escenas verosímiles, aunque no necesariamente reales. Como la amante que viene a reclamarle una deuda o el capitalista italiano que solo habla de Italia mientras Reus intenta convencerlo de invertir”, expresó.

Una de las escenas más conmovedoras de la obra surge del vínculo entre Emilio Reus y su hija adoptiva. Massera evita la representación literal, en lugar de una niña de cinco años, eligió a una actriz joven que encarna a esa hija tal como Reus la imagina adulta. “Él sabe que va a morir pronto y se pregunta: ¿qué le diría si pudiera verla crecer? ¿Y qué respondería ella, con la mente y el corazón de una niña pequeña?”, explicó.

El resultado es una escena poética, en la que la joven, invisible para todos menos para Reus, deambula como una presencia fantasmal durante toda la obra. Solo él puede verla. Solo él le habla. “El público queda fascinado. Están viendo una jovencita, pero con la lucidez emocional de un niño de cinco años. Es una presencia constante y silenciosa que recién hacia el final cobra todo su sentido. Refleja la desesperación de un padre que sabe que se va a morir y quiere dejarle algo, aunque sea un consejo”, señaló Massera.

La obra es “una fotografía emocional de 1889”, indicó Massera.

A nivel de ambientación, el equipo logró integrar escenografía, luces y vestuario con un profundo respeto por la arquitectura original del museo.

El reparto reúne intérpretes con larga trayectoria en Teatro del Umbral y otros incorporados especialmente para esta puesta. Lo integran Fabricio Galbarini, Norma Berriolo, Richard Torres, Carina Biasco, Federico Sanguinetti Pietrafesa, Antonella Fontanini Firpo, Fede Rodríguez Iriarte, Eduardo Delgado, Macarena Grecco y Andrea Macarena Hernández.

El vestuario por  Cecilia Parra y el diseño de iluminación de Álvaro Domínguez. La edición de sonido, gráfica y difusión está a cargo de Carlos Rehermann. La fotografía fue realizada por Lucía Rehermann y Reinaldo Altamirano.

La música, compuesta por autores nacionales, aporta identidad y refuerza el vínculo entre el personaje y el país que soñaba construir. La producción está a cargo de Carlos Refferman. Debido a la alta demanda, la obra extenderá en el MAPI hasta el 16 de agosto.

Concebida como una comedia dramática “como la vida misma”, la obra alterna humor, ironía, melancolía y momentos de ternura, en un retrato humano y complejo de un hombre que desafió su época y terminó enfrentado a sus propias contradicciones. “Es una fotografía emocional de 1889”, indicó Massera.

A través de esta puesta, el teatro no solo revive la figura de Emilio Reus sino que lo interroga, lo humaniza y lo deja hablar en el edificio que alguna vez soñó habitar.

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