En un mundo donde la ópera enfrenta desafíos de audiencias y relevancia, Sofía Mara emerge como un ejemplo vivo de talento uruguayo. La soprano con una carrera que abarca desde coros infantiles locales hasta teatros europeos y hasta un histórico concierto en Qatar, combina su proyección internacional con un compromiso firme por la formación de nuevas generaciones en su país natal. En entrevista con Diario La R, Mara comparte su trayectoria, reflexiona sobre las diferencias entre el canto lírico en Uruguay y Europa, y defiende la vitalidad eterna de este género declarado patrimonio de la Unesco.
De un coro infantil a las óperas de Europa
El descubrimiento del canto llegó temprano para Mara. «Lo descubrí a muy temprana edad porque yo iba a un colegio que tenía un coro de niños, dirigido por Cristina García Banegas, una músico muy reconocida aquí en Uruguay», relata. En la adolescencia, dio el salto profesional al ingresar a la Escuela Universitaria de Música de la Facultad de Artes en la Universidad de la República, donde cursó la licenciatura en interpretación de canto.
Una beca la llevó a Europa, donde estudió en la Escuela Superior de Música Reina Sofía y luego en la Universidad de Música de Karlsruhe, Alemania. Allí, paralelamente a sus estudios, inició su carrera solista. «Empecé hace más o menos a los 18 años, dando conciertos en Uruguay y después en Europa, con giras, concursos y festivales internacionales», explica. Tras culminar su maestría, se dedicó plenamente al trabajo freelance: producciones en teatros, sinfónicas y de cámara, incluyendo un período como miembro fijo del ensemble de solistas en la Ópera de Graz, Austria.
Hoy, Mara reside en Uruguay pero viaja constantemente al exterior. «Dividido mucho mi actividad entre Uruguay y Europa», dice, destacando la naturaleza nómada del cantante lírico: «No es siempre en un lugar fijo, sino participando en producciones de manera más freelance».
Como profesora de técnica vocal en la Escuela Nacional de Arte Lírico y de educación de la voz en la escuela de formación docente, Mara observa de cerca el panorama local. «En Uruguay hay menos salida laboral para esta área que en Europa, donde hay temporadas líricas extensas, opera studios y concursos internacionales», afirma. Esto impulsa a muchos talentos a emigrar para desarrollar carreras globales.
Sin embargo, elogia el nivel uruguayo. «Tenemos muy buenas voces que se gestan acá y que luego van tomando sus diferentes caminos. Hay muy buenos docentes que formamos a los alumnos en estas etapas iniciales y los preparamos para competir en el afuera» sostiene. En contraste, Europa integra el lírico desde la niñez, con un público más habitual y un vínculo cultural arraigado en familias e instituciones.
Los estudiantes uruguayos a menudo llegan vía coros como los del Sodre, que ofrecen un primer acercamiento académico. Mara misma entró al mundo clásico por un coro escolar, pese a que en su casa no se escuchaba música clásica. «Es algo que ya viene con uno y que en algún momento se despierta ese interés», reflexiona.
La ópera resiste
Frente a la «deformación cultural» o el auge de nuevos géneros, Mara defiende la ópera como un arte integral. «Une música en vivo, orquesta, cantantes sin amplificación, escenografía, vestuario y movimiento escénico. Es el drama en música», describe. Declarada patrimonio de la Unesco, ha sobrevivido siglos por su capacidad de conmover. «Impacta mucho ir a un concierto en vivo y empaparse de toda esa información; genera nuevos públicos».
En Europa, países como Austria, Alemania, Francia, Italia, España e Inglaterra impulsan el género por su herencia nacional con temporadas extensas y educación inicial. «La ópera ha pasado por muchos estadios; se ha dicho que decaye, pero siempre se mantiene a flote con nuevos formatos y públicos», observa Mara.
Hito en Qatar: Música uruguaya en Medio Oriente
Un capítulo reciente y sin precedentes fue su actuación en Doha. Convocada por la Embajada de Uruguay en Qatar y el embajador Marcelo Gerona, Mara colaboró con la Orquesta Filarmónica de Qatar para conmemorar los 200 años de la independencia uruguaya. El concierto, el 27 de septiembre en la Katara Opera House, dividió el programa: primera mitad con obras académicas uruguayas (sinfónicas y vocales), segunda con repertorio lírico internacional.
«Fue un trabajo de investigación de meses, con ayuda de archivos de la Orquesta Filarmónica de Montevideo y del Sodre», detalla. Recopiló catálogos, manuscritos y partituras dispersas para armar un programa atractivo. «No se había dado anteriormente en Medio Oriente que se interpretaran este tipo de obras uruguayas», resalta, evidenciando cómo el canto lírico trasciende fronteras incluso en regiones no tradicionales.
