El insomnio es un trastorno del sueño común; las personas que lo padecen tienen problemas para conciliar el sueño, quedarse dormidos o los dos. Como resultado, dormirá poco o tendrá un sueño de poca calidad. Este trastorno no solo genera cansancio en el cuerpo humano, sino que está ligado a otras enfermedades, como la depresión. En la actualidad, existen muchas maneras de atender este trastorno; una de ellas es a través de la terapia de restricción del sueño. Esta terapia es una técnica que busca limitar el tiempo que se pasa en la cama; se utiliza para tratar el insomnio y mejorar la eficiencia del sueño. El objetivo de la terapia es asegurar que el tiempo que pase en la cama realmente sea dedicado a dormir, en lugar de pasar tiempo despierto en la cama pensando o preocupándose por no dormir.
La restricción de sueño funciona al crear inicialmente una ligera privación de sueño. El sueño sucede de forma natural cuando estamos cansados (siempre que nuestra mente consciente no lo obstaculice), así que la ligera privación de sueño promueve el inicio del sueño y aumenta la calidad del sueño que obtenemos. Con el tiempo, nos permite aumentar la cantidad de sueño que logramos.
Por otro lado, más allá de que la restricción del sueño se utiliza como un componente del tratamiento del insomnio, está demostrado que también tiene efectos positivos sobre la depresión. Por mucho tiempo se han explorado los posibles efectos antidepresivos de la privación de sueño, y los estudios suelen mostrar tasas de respuesta de 40% a 70%, un número bastante considerable, pero a pesar de esto, su tratamiento para esta enfermedad es poco frecuente.
De igual forma, los médicos recomiendan que todas las terapias y métodos que pretendas usar para paliar estos trastornos deben estar aprobados por un especialista que, luego de una evaluación, podrá detectar tu situación y tanto la búsqueda de la causa como de la cura.
