El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha firmado una legislación que permite detener a inmigrantes que hayan cometido delitos menores como hurtos o robos, así como aquellos que hayan sido acusados por agredir a agentes de Policía.
La ley, llamada Laken Riley en honor a una estudiante de enfermería que murió a manos de un inmigrante venezolano sin papeles el año pasado, fue aprobada por la Cámara de Representantes el pasado miércoles con 263 votos a favor frente a 156 en contra, con el apoyo de 46 demócratas. «La Ley Laken Riley se convertirá en el primer proyecto de ley que con orgullo promulgo como 47º presidente de Estados Unidos», ha indicado Trump desde la Casa Blanca, agregando que la medida ha «unido» tanto a demócratas como a republicanos.
Riley, estudiante en la Facultad de Enfermería de la Universidad de Augusta, fue asesinada por José Ibarra, un inmigrante sin documentación que fue arrestado en septiembre de 2022 por entrar de forma ilegal en Estados Unidos. El caso avivó el debate en Estados Unidos sobre la migración a pocos meses de terminar el mandato del expresidente Joe Biden.
La ONG Amnistía Internacional (AI) ha advertido de que la ley «capitaliza una horrible tragedia», en alusión a la muerte de Riley, para «promover la agenda antiinmigración» de Trump y convertir «a las personas que buscan seguridad en chivos expiatorios».
«La detención obligatoria únicamente por ser acusado de robo priva a las personas de su derecho al debido proceso y constituye una detención arbitraria según el Derecho Internacional», ha asegurado la directora del programa de refugiados y migrantes de AI en Estados Unidos, Amy Fischer, en un comunicado.