Las fuerzas rusas reforzaron su control sobre la ciudad de Severodonetsk, en el este de Ucrania, y cortaron las últimas rutas de evacuación de civiles, dijo el lunes un funcionario ucraniano, una escena que recuerda el asalto de Moscú a Mariúpol el mes pasado.
En medio de los intensos bombardeos rusos, el gobernador regional, Sergei Haidai, dijo en las redes sociales que todos los puentes para salir de la ciudad habían sido destruidos, lo que hacía imposible la entrada de cargamentos humanitarios o la evacuación de ciudadanos. Según afirmó, quedan algunos «accesos» y parte de la ciudad sigue bajo control ucraniano.
«Pueden enviar a los heridos a los hospitales, así que todavía hay acceso», dijo al servicio ucraniano de Radio Free Europe/Radio Liberty. «Es difícil entregar armas o reservas. Difícil, pero no imposible».
Ucrania ha hecho llamados cada vez más urgentes para que más armas pesadas occidentales ayuden a defender Severodonetsk. Que según Kiev podría ser la clave de la batalla por la región del Dombás y del curso de la guerra, que ya está en su cuarto mes.
«Las batallas son tan encarnizadas que los combates, no sólo por una calle, sino por un solo edificio elevado, pueden durar días», dijo Haidai.
Los disparos de la artillería rusa bombardearon la planta química de Azot, donde se refugian cientos de civiles, afirmó. «Unos 500 civiles permanecen en los terrenos de la planta de Azot en Severodonetsk, 40 de ellos son niños. A veces los militares consiguen evacuar a alguno», señaló.