Una nueva etapa educativa con robots e IA

El concepto del robot mecánico con sus muchas variaciones ha tenido un cambio significativo en las últimas décadas con la disrupción digital, y ha comenzado a desarrollarse bajo un nuevo modelo diferenciado como un robot híbrido, con diversidad de componentes tanto mecánicos como digitales. En esta combinación, es claro que los componentes mecánicos se están reduciendo, al tiempo que aumentan sus componentes digitales. Es el nuevo mundo de la mecatrónica como disciplina que integra la mecánica, la electrónica, la informática y el diseño para proyectar, desarrollar y fabricar sistemas mecánicos inteligentes. 

Una de las expresiones de los nuevos robots es su funcionamiento en red como un interfase manejado por una persona a través de una conexión inalámbrica y que responde a instrucciones transmitidas por internet o radiofrecuencia. Otra de sus expresiones refiere a que el robot realiza algunas actividades técnicas programadas y se conforma como un sistema de hardware y de software integrados relativamente. Sin embargo, la mayor transformación en el uso del robot se está viendo con su funcionamiento como un robot híbrido con su centro de control y funcionamiento dado por su conexión al ecosistema de la Inteligencia Artificial. El robot funciona relativamente autónomo pero está conectado a un programa de inteligencia artificial que controla y alimenta la realización tanto de sus tareas como de sus movimientos e interacciones. El desarrollo de la IA como un sistema que aprende, enseña y se comunica, a partir de una base de datos, y sobre la cual puede tomar decisiones autónomamente a partir de sus parámetros preestablecidos. Gracias a ello constituye una expresión de un nuevo tipo de robots con nuevas prestaciones en el mundo del trabajo y la vida social, y que ya está teniendo impactos en lo educativo. Una de estas funciones previsibles, y ya técnicamente viable, será la enseñanza directa, y que asociado a formas antropomorfas, puede facilitar su aceptación por las personas.  

En este nuevo rol, varios autores afirman que los robots educativos son una herramienta eficaz para la educación virtual, ya que permitirán a los estudiantes aprender de forma autónoma y a su propio ritmo. Sostienen que los robots educativos pueden ayudar a mejorar la participación de los estudiantes en la educación virtual, ya que ofrecen una experiencia de aprendizaje más atractiva y envolvente. Inclusive se señala que los robots educativos pueden ayudar a superar las barreras de la educación virtual, como la falta de acceso a alguna instalación educativas o la falta de interacción social de los sistemas asincrónicos o sincrónicos de educación digital. Pero ello no se limitará a la enseñanza hoy llamada virtual. 

Se clasifica a los robots educativos en dos tipos. Unos que necesitan la intervención del usuario para funcionar, quien debe programar sus movimientos y acciones, o que debe incluso guiarlo desde lejos por internet u otro sistema. En este caso, el robot, más allá de su grado de movilidad, es una interfase entre los docentes o las instituciones y los estudiantes. El otro caso refiere a robots educativos, relativamente o totalmente autónomos, y que funcionan en forma independiente gracias a sensores y algoritmos. Al apoyarse en Inteligencia Artificial y por ende en las redes, amplían sus funciones tradicionales en la ejecución de tareas e interacciones sociales, y por ende también en lo educativo. 

En tal sentido, en el campo de la  inteligencia artificial se está pudiendo alcanzar un estadio de desarrollo en el cual su hardware se articula a sistemas de IA generativa como Claude, Bard o ChatGPT, u otros, que permiten al robot actuar, aprender e interactuar en tiempo real. La IA cambia su rol, permitiéndoles realizar actividades muy autónomamente y aprender de las interacciones en esos trabajos, y con ello se comenzará a plantear seriamente poder cumplir tareas docentes.

Así, además de su función en alguna red de IA, el robot como herramienta en el contexto digital funciona también como una interfase de acciones permanentes articuladas a una base de datos con la cual interactúa como un interfase con los estudiantes. En la sociedad digital en red estructurada en plataformas, el robot se constituye entonces en una interfase que brinda un servicio de intermediación en la cadena de trabajo de la educación, sea presencial o virtual. No estamos sólo entonces frente a un ingreso de un software de IA que contribuiría en los trabajos fuera del aula (preparar cursos, contribuir a redactar trabajos, sintetizar textos, investigar, etc.), sino también en el potencial ingreso de un robot hibrido (mecánico-digital) conectado a la IA e interactuando como interfase en la enseñanza y el aprendizaje, directamente a los estudiantes o demandantes de conocimientos e información. 

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