«Vendedores de Paz: En Cuenta imagina y crea proponemos ¡cada día algo nuevo!

"No todo lo que creas imposible, lo es".

Una vez, caminando solitario, un ser cargando una bolsa muy grande de monedas compraba “Paz”.

Creía que “La Paz” era algo de nuestro interior, algo sobre nuestra conciencia, eso que no se ve pero te hace estar en armonía con vos. Muchos hablan de esa armonía, y ese interior, pero decirlo no es aplicarlo.

Este ser, predicaba su pensamiento con la acción de comprar “La paz” de otros.

Golpeó la primera casa que encontró en su camino y una jovial y alegre joven lo atendió. Este le dijo entonces:

-Buenas tardes, ando comprando paz, ¿me vendes la que tú tienes?

A lo que la joven le respondió (creyendo, que este era una persona perturbada que andaba por el camino predicando).

– La que tengo aquí en mi hogar es muy cara.

–  No importa (dijo el desconocido) – ¡la quiero!

– ¡Bien! Serían muchas monedas lo que te va a costar, (aseveró la joven).

– ¡Aquí las tienes!  Y el desconocido le entregó una bolsa con muchas monedas, ante  lo cual la joven no pudo creer que hubiera sido tan fácil engañar a ese desconocido.

Y así, este ser siguió su camino, buscando comprar más “Paz”.

En su recorrido, encontró varias viviendas en un pueblo lleno de felicidad,  en apariencia calmo, tranquilo y de buena gente Y todos creyeron que era un ser con problemas pero no repararon  en seguirle la corriente recibiendo una bolsa con monedas a cambio de Paz.

La gente del pueblo nunca habló de aquel personaje que visitó el lugar,  todos lo mantuvieron en secreto. Se encontraban en las tiendas del pueblo, compraban, pagaban sus deudas pero nunca conversaron sobre el personaje que los había visitado.

Pasados varios días  la primera joven que recibió a aquel personaje, sentada frente a su hogar miraba el horizonte. Se había comprado una hermosa mecedora con algunas de las monedas recibidas. Observaba la maravilla de las aves y la agradable brisa que mecía los árboles; todo era bello, pero no sentía “Paz “en su corazón. Había algo que la incomodaba.

Recordó al viajero y entonces, sintió dolor. En verdad aquel se había llevado su “Paz”.

Su avaricia y creer que había engañado a alguien la molestaba;  le había parecido gracioso y fácil, pero al final ella había sido la engañada.

En el pueblo la gente  que pasaba se observaba triste  pero en realidad lo que abrumaba sus vidas era haber perdido su Paz interior. No a todos les molestaba el suceso había muchos que ni se recordaban sobre la situación.

Moraleja: no todo lo que creas imposible, lo es. Engañar a los demás es engañarte a ti mismo. No abuses de los que piensan y actúan diferente. Algo que nunca debemos perder es nuestra Paz interior, es de suma importancia para ser felices y dar felicidad. Quien cree que te engaña se engaña a sí mismo. Hay muchos vendedores, y no todos venden la verdad. De esos está lleno el mundo.

María Fernanda es autora de literatura infantil desde hace varios años, escribe sus vivencias transformándolas y  plasmando en cuentos. Nos aporta con su creatividad y habilidad ideas, soluciones, y nos transporta a un mundo mágico, rico en valores.

Autora: María Fernanda Peralta

cuentaimaginaycrea@gmail.com

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2 Comments

  1. Un cuento que nos conduce a la reflexión ,con excelente narrativa como ya nos tiene acostumbrados María Fernanda Peralta.Felicitaciones a la autora.Un placer leerlo.

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