El gigante asiático no solo se lleva el título por tener la red de trenes de alta velocidad más grande del mundo, sino que también, en los últimos años, pasó a ser el país con los trenes más rápidos, pudiendo recorrer hasta 350 kilómetros por hora y Diario La R tuvo la oportunidad de sumar a su experiencia trabajando en China, la de trasladarse en ellos. Esta red inició sus servicios en 2008 y conecta la capital (Beijing) con 32 provincias del país, sumando más de 200 ciudades y alcanzando actualmente aproximadamente 45.000 kilómetros de vías, donde la más larga cubre más de 2.000 kilómetros desde el sur de Beijing hasta Guangzhou. Incluso el año pasado se inauguró el primer tren bala sobre el agua a lo largo de la costa sureste, cuya ruta conecta tres ciudades de Fujian (Zhangzhou, Xiamen y Fuzhou) y está integrada por 84 puentes, 29 túneles y 20 km de vía que atraviesa el mar.
El título de poseer el tren más veloz del mundo lo ganó en el 2017 cuando inauguró el conocido “Fuxing” o “Harmony”, que alcanza un máximo de 350 km/h y redujo el tiempo de los trayectos, contando a finales de 2023 con un total de 1.194 trenes de alta velocidad en tránsito. China no se detuvo ahí y para defender este título puso en marcha el desarrollo de un tren con 50 km/h más de velocidad, pretendiendo alcanzar entonces una velocidad de operación de 400 km/h.
En su búsqueda de entregar un servicio de alta calidad, el país ha trabajado en reducir el sonido que emite el tren bala tanto por dentro como por fuera, y proporcionar a sus pasajeros servicios que se adapten a todo tipo de necesidades, como la opción de elegir asientos de clase ejecutiva, primera clase o segunda clase; enchufes eléctricos y Wi-Fi; baños; accesibilidad para sillas de ruedas incluso en la estación; venta de bebidas y alimentos y un servicio de delivery, en el que uno puede hacer un pedido de comida para recibir en la siguiente estación.
Si a la hora de viajar, se elige el tren bala, debemos tener en cuenta ciertos factores, como la documentación, a nosotros por ser extranjeros se nos solicita viajar con pasaporte, y siempre se recomienda reservar el boleto con anticipación debido a su demanda y a que el precio varía según horario y día de viaje. Luego de pasar por un control de seguridad tanto del equipaje como de la persona, moverse en la estación es muy sencillo y similar a trasladarse en un aeropuerto, debido a que está muy bien señalizada y con traducción al inglés.
Una vez ubicada nuestra puerta de embarque, los procedimientos siguen siendo parecidos al de los aeropuertos, con la diferencia que esa puerta nos dirige al andén donde se encuentra nuestro tren bala y debemos abordar por el vagón y la puerta que indica el boleto. Nuestro equipaje siempre va con nosotros, hay sectores para dejarlo, sino se puede colocar en estantes encima de nuestro asiento y lo más emocionante, además de la vista que ofrecen las rutas y si es de nuestras primeras veces experimentando este tipo de transporte, es que los pasajeros podemos saber la velocidad en tiempo real gracias a pantallas instaladas. Aunque en nuestros viajes no alcanzamos los 350 km/h, llegamos a experimentar 310 (debido a que la velocidad máxima alcanzada depende del número de estaciones que tenga tu recorrido, cuántas más paradas haga o más continuas sean, será más lento) y es increíble la estabilidad que ofrece, donde uno puede moverse dentro del tren y realizar la actividad que desee como si se encontrara en quietud y no en movimiento.
El tren bala es una opción acertada para China, cuyas distancias son enormes y busca reducir el tiempo de conexión entre sus ciudades. Es una opción muy cómoda para los pasajeros tanto en cortas como largas distancias, para quienes tienen miedo de volar es una excelente solución, pero además suele haber mayor frecuencia horaria, los precios continúan siendo más baratos y las estaciones se encuentran más cercanas al centro de las ciudades, pero sobre todo, a aquellos que disfrutan del paisaje y de “hacer ruta” es una de las opciones más agradables.
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