El embajador uruguayo ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Washington Abdala, se expresó sobre el cierre de las oficinas de la OEA en Nicaragua, a pedido del presidente Ortega. Concretamente, el organismo fue expulsado de dicha nación, tras la orden del mandatario.
Sobre ello Abdala expuso; «estamos impactados», expresó. «Empezamos a tener la convicción de que estos absolutismos autoritarios, comienzan a perder noción de los limites», enfatizó al comenzar su exposición.
Asimismo acotó que «llama poderosamente la atención como la pérdida de los límites se apodera de la realidad. Se anotó con mucha agudeza por parte de la Secretaría General el capítulo jurídico. Es notorio que existe un desvirtuar de todo tipo de normas jurídicas que afecta a la organización. Pero cabe acotar que lo jurídico es inter-parte, inter-organismo internacional».
«Por detrás de eso, regreso al núcleo central del problema. El tema son las personas, el ratio es la defensa de las personas, la defensa de los derechos humanos de las personas. Ese es el lugar donde tenemos que razonar, se violentan el derecho de las personas», continuó expresando.
«No tiene final» sostuvo Abdala
«Es la gente contra la que se arremete. En esta oportunidad se arremete contra esta organización y quizás mañana contra otra, para luego seguir con una embajada y así».
También sostuvo que la situación «no tiene final, sencillamente no lo tiene. En este momento corresponde recordar la tareas de la comisión inter-americana de los Derechos Humanos. En Nicaragua se vive la barbarie».
El gobierno de Daniel Ortega expulsó de Nicaragua a la Organización de los Estados Americanos (OEA). Tildó a las misma de «un instrumento diabólico del mal», y expropió la sede donde funcionaba para convertirla en el “Museo de la infamia”. “El Pueblo y Gobierno de Nicaragua hemos desconocido y desconocemos este Instrumento de Administración Colonial».
