Washington Carrasco y Cristina Fernández han sido, durante casi cinco décadas, referentes esenciales de la música popular uruguaya. Su historia artística, tejida con hilos de poesía, música de raíz y un profundo compromiso con la belleza, sigue resonando con fuerza y sensibilidad en cada rincón donde su música ha llegado.
El origen de su dúo se remonta a 1976, en Montevideo, cuando ambos participaron del espectáculo Inti Canto en la Alianza Francesa. Lo que comenzó como una colaboración artística fue tomando cuerpo como una alianza creativa sólida y duradera. Desde entonces, han compartido escenarios, grabaciones, giras internacionales y sobre todo, una forma única de entender y sentir la música.
Una de las características más notables de Carrasco y Fernández es su amplitud estilística. Aunque su base está profundamente enraizada en el folklore rioplatense y la canción de autor, han sabido navegar con libertad por otros géneros y tradiciones musicales. Han incorporado elementos de la trova latinoamericana, la música de raíz gallega (de la cual Cristina tiene descendencia), baladas, música coral y también se han aventurado a musicalizar poesía clásica y contemporánea.
Esa diversidad no es gratuita: Cristina Fernández, además de cantante, es docente, investigadora y una apasionada de la cultura gallega, herencia que lleva con orgullo y que ha cultivado en su repertorio. Ha llevado canciones en gallego a los escenarios de Montevideo, Galicia y otros rincones del mundo, reforzando un puente emocional entre su historia familiar y su vida artística.
Washington Carrasco, por su parte, no solo ha sido un compositor notable, sino también un intérprete sensible y de gran calidad técnica. Su guitarra ha sido compañera fiel de una voz cálida, serena y profunda, que ha sabido dar espacio para que las letras respiren. Su manera de cantar está al servicio del contenido, siempre cuidando el equilibrio entre emoción y claridad.
Una de las canciones más emblemáticas de su carrera es, sin dudas, “Romance del enamorado y la muerte”, una adaptación musical del tradicional romance español recopilado en el siglo XVI. Con una letra cargada de simbolismo (donde un joven recibe la visita de la muerte la noche antes de ver a su amada), esta canción destaca por su interpretación intimista, teatral y profundamente conmovedora. Desde su grabación en el disco Habrá un mañana (1983), se convirtió en un clásico de su repertorio y aún hoy es una de las piezas más solicitadas por su público.
El dúo cuenta con una discografía sólida, que incluye títulos como De puerta en puerta (1980), Sorocabana… al sur de la nostalgia (1987), El poema y la canción (2004) y muchos otros. En cada álbum hay una propuesta estética coherente, donde la palabra poética ocupa un lugar central y donde el cuidado por los arreglos y la producción sonora refleja un compromiso con la excelencia artística.
En paralelo a su labor escénica, han sido figuras activas en la formación artística y en la vida cultural del país. Han brindado talleres de interpretación, de canto y de poesía musicalizada, y han sido referentes para nuevas generaciones de músicos uruguayos y latinoamericanos que encuentran en ellos un modelo de coherencia artística y compromiso con la identidad cultural.
En 2024, la Sala Zitarrosa (uno de los espacios culturales más prestigiosos de Montevideo) fue escenario de una celebración muy especial. Bajo el título “¡Celebremos!”, el dúo conmemoró no solo los 25 años de esa sala, sino también los 60 años de trayectoria musical de Washington Carrasco y un nuevo cumpleaños de vida y arte compartido. Fue un espectáculo lleno de emoción, recuerdos y canciones, donde cada nota fue también un agradecimiento al público que los ha acompañado durante décadas.
En un mundo musical a menudo dominado por lo inmediato y lo descartable, Carrasco y Fernández ofrecen algo diferente: una experiencia musical que invita a detenerse, a escuchar con el alma, a dejarse tocar por la palabra y la melodía. Cada una de sus canciones es un universo en sí misma, una historia contada con sensibilidad y belleza.
Hoy en día, su obra se mantiene viva porque nace desde un lugar verdadero. Washington Carrasco y Cristina Fernández no solo dejaron una huella en la historia de la música uruguaya sino también en nuestros corazones.
