Uno nunca se encuentra preparado para decir adiós, pero luego de haber experimentado por 4 meses vivir y trabajar en China, solo me queda la sensación de querer volver, entonces no me voy a despedir, sino que voy a decir hasta pronto. A pocos días de tomar mi vuelo de regreso, queda agradecer a la Embajada de China en Uruguay, al Ministerio de Relaciones Exteriores de China, el Centro de Comunicación de Prensa Internacional de China y a todas las personas que hicieron posible y nos acompañaron durante poco o largo tiempo durante este viaje.
El Programa de Prensa no solo me ha regalado infinitos recuerdos, sino más de 20 amigos latinos y otros tantos de todo el mundo. Nos dieron una grandiosa oportunidad de conocer el país con nuestro propio sentir, volviéndose una experiencia inolvidable que hemos de recordar durante toda nuestra vida, pero sobre todo, y no sé si son conscientes de eso, hicieron que cada uno de nosotros conozca mucho más que China, sino que me voy sintiendo que conozco América, El Caribe, Europa, Asia y África, porque conocí pequeños representantes de todo el mundo que en cada charla, compañía o actividad me hicieron sentir más cercana a su país y eso es algo realmente increíble, eso es el verdadero significado de unión y respeto entre países que promueve el país. No se trata de simplemente escuchar que dicen ajenos, sino de darle la oportunidad de hablar a quienes viven la realidad de cada país y así el resto, poder generar nuestras conclusiones y la mía, es que el mundo tiene personas maravillosas, con potencial y que dejan o van a dejar huella, si así se les permite.
Gracias China, no solo por este viaje que se ha vuelto parte de quienes somos y que nos ha dado la oportunidad de crecer profesional e internamente, sino por haberme dado la oportunidad de llevarme amigos de todas partes del mundo, un mundo que merece más unión y menos guerra, más cariño y menos tristeza, más amigos y menos enemigos, porque al final, todos somos humanos haciendo lo que mejor podemos.
En cada discurso que he escuchado desde que estoy acá, hablan de oportunidades y este es un ejemplo de hechos que refuerzan ese discurso, porque cada año les dan la oportunidad a periodistas de más de cien países de venir a trabajar, conocer y poder transmitir la realidad del país. Los esfuerzos que hay que hacer para llegar a méritos no son iguales para todos y mucho menos las oportunidades que se presentan y sin discriminación o distinción, este programa da una excelente experiencia para el currículum, la vida profesional y sobre todo la personal. Una experiencia de esas que, aunque te llene de miedo, se debe de tomar y que ojalá más países tengan la oportunidad de implantar.
Vivir y trabajar en el gigante asiático, fue todo un desafío, porque desde el idioma a la comida, son completamente diferentes al de mi vivir diario y luchaba constantemente con la distancia y diferencia horaria, pero nunca nos encontramos solos, en este camino nos acompañaron personas que se han ganado mi respeto y admiración, por la dedicación, devoción, educación y liderazgo con el que resolvieron cada detalle que se presentó.
A cada provincia y ciudad que hemos viajado, se nos ha recibido con los brazos abiertos y de una forma muy cálida y amable, me llevo la idea de que los ciudadanos chinos son mucho más cálidos de lo que se nos dice y la alegría de saber que ellos están igual de interesados por nuestra cultura e idioma que nosotros en la de ellos. Resulta increíble, saber cómo ha crecido en estos últimos años este interés y mucho más el conocimiento sobre América Latina y el Caribe, que se ha venido permitiendo gracias a esta impronta de dar la oportunidad de escuchar siempre al país y no a ajenos, generando cada vez más intercambios.
Formé parte del arduo trabajo que realiza China por crear un mundo mejor, con más respeto, igualdad y paz y no solo basta con agradecer, sino en continuar por ese camino, de transmitir qué país es China en realidad y combatir las mentiras de aquellos que no buscan lo mismo para el mundo.
Finalizo esta etapa felicitando al medio en el que trabajo, porque la invitación constante a este programa es solo resultado de su trayectoria; a mi propio trabajo por haber llevado esta mochila adelante y a mi país, porque tenemos una gran presencia en el mundo. Finalizo esta etapa agradeciendo a cada ciudadano chino que trabaja, hasta en el más mínimo detalle, para llevar adelante esta experiencia, que no es menos que uno de los tantos ejemplos de unión y cercanía que lleva adelante el país.
