Diario La R mantuvo una entrevista a Mario Gabriel Dittrich, Director y Fundador de XUruguay.
La historia de XUruguay, empezó con una pregunta en la mente inquietante de un estudiante universitario amante de los videojuegos: ¿qué pasaría si…? Esa chispa inicial, ese impulso casi ingenuo de soñar con algo más grande, fue lo que terminó convirtiéndose en el proyecto que hoy es sinónimo de calidad, comunidad y cultura geek en Uruguay.
“Un día me tiré al agua”, cuenta su fundador Mario Gabriel Dittrich, recordando con emoción el momento en que decidió apostar todo por su sueño.
“No es fácil dejar todo por una idea, pero sentí que tenía que hacerlo. Desde chico fui fanático de los videojuegos y los coleccionables. Ir a un local de juegos era sinónimo de felicidad para mí, y quería transmitir eso a nuevas generaciones”. Explicó Mario.
Con ese objetivo en mente, XUruguay fue creciendo. Empezó como un sueño personal y se transformó en una empresa que no solo vende productos, sino que crea experiencias y se convierte en la pionera en muchos aspectos de la cultura geek en Uruguay. Hoy en día, trabajan con las marcas más reconocidas del mundo geek: Nintendo, PlayStation, Bandai, Funko, Pokémon, Yu-Gi-Oh!, Devir, entre muchas otras. Cada artículo que llega a sus estantes o a las manos de un cliente, es el resultado de una búsqueda minuciosa por lo mejor.
El camino, sin embargo, no fue sencillo. Con impuestos de importación altísimos y pocas facilidades para emprender, posicionarse como referente en Uruguay fue un proceso de aprendizaje constante.
“En muchos rubros fuimos pioneros, pero el verdadero motor siempre fue la pasión”, nos dice Dittrich.
Esa pasión los llevó incluso a participar todos los años en la Toy Fair de Nueva York, donde se conectan directamente con las marcas que representan para lograr mejores condiciones para sus clientes.
La pandemia también marcó un punto de inflexión. El auge de los kidults, adultos que consumen activamente productos de cultura pop, disparó la demanda de coleccionables a nivel global.
“Hoy representan más del 28% de las ventas de juguetes en el mundo”, comenta Dittrich. En ese contexto, XUruguay no sólo creció sino que floreció.

Y lo hizo creando comunidad. Más allá de sus tres tiendas físicas ubicadas estratégicamente en el centro de Montevideo y decoradas con figuras tamaño real de íconos como Kratos, Pikachu y Harley Quinn, su presencia digital es una verdadera red de pasión compartida. Sumando todas sus redes sociales cuenta con más de 431.000 seguidores y un canal de YouTube activo, XUruguay no solo informa, sino que también conecta.
“Somos más que una tienda. Organizamos eventos como el Día Pokémon, participamos en funciones especiales para fanáticos, sorteamos entradas, generamos contenido. Esto es cultura y lo vivimos como tal”, afirma Dittrich.
La atención personalizada es otra de sus fortalezas. Ya sea online o en tienda, los clientes encuentran asesoramiento especializado, ofrecido por personas que comparten la misma pasión, más que capacitada para atender a los clientes. Y eso se nota. No se trata solo de comprar, sino de vivir una experiencia que sin duda es inigualable.
Entre los productos más demandados se encuentran videojuegos con especial énfasis en PlayStation y Nintendo, juegos de mesa y cartas coleccionables como Pokémon, Yu-Gi-Oh! y Magic. A pesar de los desafíos logísticos, XUruguay apuesta a la excelencia, todos sus productos son importados desde EE.UU. 100% licenciados y de calidad premium.
Pero el sueño no termina ahí. Entre los próximos proyectos se destaca uno particularmente ambicioso: la creación de un museo interactivo de videojuegos.
“Ya tenemos un mini museo privado, pero queremos que sea un punto de referencia para toda Latinoamérica”, comparte entusiasmado Dittrich. Adicional también habló de uno en particular que si bien es cierto aún no pueden anunciar, asegura que causara un gran impacto para Uruguay, así que lo mejor es estar atentos a sus noticias y redes sociales.
Y concluye con una frase que lo resume todo: “Los videojuegos también son cultura”.
XUruguay no es solo un negocio. Es una historia de amor por lo que se hace, por lo que se cree y sobre todo por lo que reflejan.