Cada 16 de abril se conmemora el “Día Mundial contra la Esclavitud Infantil”. La esclavitud es un delito grave, pero la esclavitud infantil es un crimen atroz, la niñez debe ser vivida con la garantía de todos sus derechos, pero en numerosos países eso no sucede. La vulnerabilidad a la cual se enfrentan los más desposeídos y la falta de acciones para cambiar esta realidad, alimentan a que por sobrevivir, niños y niñas se vean atrapados por redes de criminales que los someten a trabajos forzados, trata de todo tipo y a esclavitud.
Según datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), se calcula que en el mundo aproximadamente 400 millones de niños y niñas, son sometidos a las peores formas de explotación laboral infantil, siendo esclavizados en trabajos denigrantes y peligrosos para su salud y desarrollo.
La denominación de Trabajo Infantil describe una subcategoría de la actividad económica que incluye el trabajo de niñas, niños y adolescentes por debajo de la edad mínima de admisión al empleo, definida en 15 años para Uruguay, y el trabajo de los y las adolescentes de 15 a 17 años que realizan actividades definidas como trabajo peligroso.
A pesar que la ley es muy clara, en Uruguay, aunque no está debidamente cuantificado, el número de menores que trabajan en nuestro país alcanza a los 70.000, una cifra demasiado alta si la ponderamos en un país de menos de tres millones y medio de habitantes y con una población envejecida. En efecto, los menores de edad son poco más de un 20 % del total de los uruguayos en un país crónicamente longevo.
El trabajo infantil es una violación de los derechos humanos fundamentales, que ha demostrado perjudicar el desarrollo de niños, niñas y adolescentes, pudiendo conducir a daños físicos o psicológicos que les acompañarán toda la vida.
El trabajo infantil califica como trabajo nocivo para el desarrollo físico y mental de niñas y niños e incluye tareas que: son mental, física, social o moralmente peligrosas y dañinas para ellos. Muchas veces interfieren con su escolaridad y en los peores casos, el trabajo infantil puede esclavizar a niños, separarlos de sus familias, exponerlos a peligros y enfermedades graves y/o abandonarlos a su propia suerte en las calles de las grandes ciudades, a veces cuando aún tienen muy pocos años.
Es por ello que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) hace un llamado a la comunidad internacional a intervenir enérgicamente contra este flagelo y aplicar penas sustanciales a responsables de cometer este delito. Es la intención de este día que tomemos conciencia y que denunciemos cualquier caso.
Tengamos presente que la mayoría de estos niños y niñas se encuentran en todas partes, pero son invisibles: trabajan en la servidumbre, en talleres clandestinos y fuera de la vista del público.
Origen del “Día Mundial contra la Esclavitud infantil”
Cada 16 de abril se celebra el Día Mundial contra la Esclavitud infantil, y la elección de esta fecha proviene del asesinato de Iqbal Masih de 12 años, ocurrido en el año 1995, quien con tan solo 4 años de edad fue vendido por su padre a una fábrica de alfombras de Punjab ya que a su familia le faltaba dinero para la boda del hijo mayor.
Iqbal había sido esclavizado y obligado a trabajar más de doce horas diarias. El menor recibía un maltrato constante y al rebelarse era castigado reiteradamente hasta que, con la edad de 10 años, logró escapar convirtiéndose, desde entonces y hasta el día de su muerte, en un activista que luchó por los derechos de la infancia víctima de la esclavitud.
No dirán que la esclavitud y la explotación infantil es algo típico del socialismo, no? El imperialismo, la expansión imparable, el apropiarse a como dé lugar de territorios extranjeros a los que se invade «para restablecer la democracia», la explotación despiadada de los recursos naturales y hacer trabajar mano de obra en condiciones infrahumanas es propio de Occidente. Los responsables aparecen entre los hombres más ricos del mundo y donan dinero a causas de beneficiencia, que luego exoneran de impuestos, obvio. Sólo así se explica que haya niños analfabetos en lugares sin agua corriente, electricidad, ni infraestructura de salud ni de educación pero utilizando armamento de última generación. Casualmente son lugares donde hay oro, diamantes, uranio, plata, rodio, etc