La cifra de víctimas mortales a consecuencia del seísmo de magnitud 7,6 del 1 de enero, en la céntrica prefectura japonesa de Ishikawa, ascendió a 64. Se han registrado diversas réplicas fuertes desde entonces.
Los fuertes movimientos telúricos también han desencadenado olas de tsunami de más de un metro de altura, han provocado un gran incendio y destrozado carreteras. Las tareas de rescate siguen en marcha. La Agencia Meteorológica Japonesa advirtió de un posible gran seísmo la siguiente semana.