En el restaurante de la naturaleza libre los animales tienen múltiples comportamientos entre cazar y ser comidos o entre convivir con diversos grados de distancia y afecto. Muchos confundidos han terminado como almuerzo en ese mundo complejo donde sus lenguajes y la comunicación son limitados, sus instintos primarios dominantes y cada uno tiene sus propias debilidades. Con la civilización y nuestra dominación, muchas especies han sido domesticadas, y aunque pelean por afectos, comidas o apareamiento, han perdido su habilidad de cazar y sobrevivir solos. Aun son pocas, las especies esclavizadas, y lo dominante es su estado natural, la domesticación ha abarcado un enorme y variado espectro: desde mamíferos como perros, caballos, delfines, o vacas, cerdos, ovejas, elefantes o monos entre muchos; o aves como gallinas, patos o loros, e incluso reptiles desde serpientes a tortugas o cocodrilos. También anfibios como ranas o sapos, peces como truchas y hasta insectos como abejas o mariposas.
En nuestra lucha por la dominación de la naturaleza, primero los hemos convertido en protectores, trabajadores o simple comida. Con el tiempo muchos han terminado como mascotas, simples juegos de niños o negocios de adultos. Sueltos o aún enjaulados aquellos aún no amaestrados, trabajan sin saberlo en parques de diversiones. No sabemos qué piensan o sienten, ni porque difieren unos de otros. Tampoco como ven a las otras especies domesticadas, ni tampoco si envidan a los que tildamos como salvajes, ni mucho menos entendemos que piensan de los que hacemos a su semejanza, copia burda copia para nuestro divertimiento y su confusión. La naturaleza cambio en la historia y ahora es apenas caricatura deformada de lo que fue en algún tiempo ya muy lejano y perdido, y se ha vuelto nuestro zoológico, parque de diversiones y ventana deformado a su mundo perdido. (R.44)
