La iniciativa de Túnicas en Red de UTE de este año llegó a traspasar las fronteras de Uruguay, ya que además de las casi 100 escuelas públicas y privadas del país quese han anotado, recientemente se sumó la escuela Artigas, ubicada en el Solar de Artigas de la ciudad de Asunción, capital de Paraguay. Recordemos que está es la única escuela pública uruguaya que se encuentra fuera del territorio nacional.
Ésta tiene como objetivo llegar a las aulas de las escuelas para ayudar a promover la investigación y el conocimiento en los más pequeños, en temas tan importantes como son la seguridad eléctrica, la eficiencia energética y el cuidado del ambiente aplicado.
De esta manera en UTE sienten no solo la alegría de seguir en la transformación con energía en nuestro país, sino también de continuar en la generación, mediante Túnicas en Red, lazos de integración fraternos entre los niños de nuestra región que hoy comparten el programa.
TESTIMONIO
A continuación compartirnos el entusiasta testimonio de unamaestra de dicha institución y las palabras que nos hizo llegar desde el país vecino.
“Mi nombre es Ana Laura da Silva y desde el año 2018 tengo la suerte y el privilegio de integrar el colectivo docente de la escuela Artigas del Solar de Artigas en Asunción, Paraguay.
Esta institución, que está en camino a cumplir los 100 años, está ubicada en un entorno natural de la ciudad, el Jardín Botánico y se erige en tierras donde habitó sus últimos cinco años de vida el prócer uruguayo, Don José Gervasio.
Fue Carlos Antonio López quien lo invitó a venir a su quinta de Ybiray, después de haber estado veinticinco años residiendo en Curuguaty, lugar donde había sido confinado por el Dr. Francia.
La creación de esta escuela tiene una larga historia que se remonta, en primer lugar, al año 1820 cuando Artigas llega a Paraguay exiliado y, en segundo lugar, al año 1885, cuando al finalizar la guerra contra la Triple Alianza, Uruguay devuelve a Paraguay los trofeos de guerra y les condona la deuda generada en el enfrentamiento. En agradecimiento, el gobierno paraguayo dona en 1903 a nuestro país, estas hectáreas donde vivió y murió nuestro patriarca y por iniciativa de Héctor Miranda y Baltazar Brum, se decide crear en ese espacio una escuela para niños paraguayos y uruguayos, a modo de continuar con la confraternidad de ambos países “guay”.
ESCUELA ARTIGAS
La Escuela Artigas abrió sus puertas el 28 de abril del año 1922. Las docentes que accedemos a este cargo lo hacemos gracias a un llamado de la ANEP y permanecemos en la función hasta seis años, donde desarrollamos el currículo uruguayo y lo adaptamos al paraguayo.
La escuela cuenta actualmente con nueve docentes, ocho grupos de inicial 4 hasta sexto grado y una maestra directora. Además, el dulce idioma guaraní inunda las aulas dos veces por semana y hacen actividades lúdicas y creativas que están presentes de la mano de profesores paraguayos.
Se cuenta también con el programa de inglés y pensamiento computacional que utiliza al igual que en las escuelas públicas uruguayas, los equipos Ceibal y la plataforma Crea como una herramienta más para el aprendizaje.
“Hasta el año pasado, me había correspondido desempeñar mi rol como docente de grados inferiores, pero este 2022 me planteó el gratificante desafío de ser maestra de 31 niños y niñas de sexto y, no faltó mucho para que viniera a mi mente el programa de UTE “Juntando nuestra energía” del que fui partícipe desde el año 2009 y recordar los beneficios que tenía tanto para contribuir a crear una conciencia ambiental como para articular los contenidos programáticos a la propuesta.
Desde siempre me preocupó y ocupó el cuidado del medio y vi en Túnicas en Red una gran oportunidad para que, por primera vez, la escuela Artigas de Paraguay se integre a las propuestas que, sin dudas, contribuirán a crear o mejorar esa conciencia ambiental tan necesaria y hacer hincapié en el uso eficiente de la energía, desarrollando maneras de ser, de sentir y de actuar que incidan en el grave deterioro del equilibrio del planeta.
En la situación actual del mundo, donde los cambios tecnológicos, los sistemas de producción y de consumo son dinámicos y vertiginosos, el vínculo con el ambiente nos posiciona en un lugar de relevancia para incidir, como promotores de una cultura de eficiencia energética, en el uso responsable de los recursos naturales.
Desde esta escuela, donde a diario flamean las banderas de Uruguay y Paraguay y aprenden y corren niños de túnica blanca y moña azul, un pequeño granito de arena para mejorar el lugar donde vivimos”.
