Las complicaciones en el transporte público y los bloqueos de carreteras en algunas zonas han marcado el arranque de la nueva jornada de paros y movilizaciones convocada este martes en Francia contra la reforma de las pensiones propuesta por el Gobierno, en la que de nuevo se espera que alrededor de un millón de personas salgan a las calles de todo el país.
Los sindicatos, que han convocado más de 300 marchas, quieren entrar en una «nueva fase» de movilizaciones, como ha explicado el secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), Philippe Martinez. «La responsabilidad es únicamente del Gobierno», ha advertido Martinez, que en una entrevista a Franceinfo ha apelado a tener en cuenta el «movimiento social».
El Ministerio del Interior ha movilizado a 10.500 policías y gendarmes -unos 4.200 de ellos sólo en París- de cara a las manifestaciones, que llegan precedidas de complicaciones en las redes de tren y metro. Cientos de personas se han concentrado también junto al aeropuerto Charles de Gaulle, principal aeródromo de la capital gala, según BFMTV.
Los sindicatos también aspiraban a un amplio seguimiento de la convocatoria en los centros educativos, mientras que la CGT ha asegurado que el transporte de combustible está bloqueado en «todas las refinerías» del país -aunque no se espera desabastecimiento en gasolineras-.
El excandidato presidencial Jean-Luc Mélenchon, de La Francia Insumisa (LFI), ha afirmado que el responsable «directo» de la actual situación es el presidente, Emmanuel Macron, a quien ha pedido que tome «la iniciativa democrática». Para Mélenchon, que hablado en Marsella por la prensa, la solución pasa por retirar la reforma, disolver la Asamblea Nacional o convocar un referéndum.
El plan del Gobierno, que se encuentra en plena fase de tramitación parlamentaria, plantea elevar de 62 a 64 años la edad oficial de jubilación, ampliar los años de cotización necesarios para recibir la pensión máxima y eliminar los regímenes específicos que existen a día de hoy para ciertos sectores.