El Gobierno de Shenzhen, en el sur de China, se encuentra actualmente consultando a la opinión pública local de cara a recabar información que contribuya al diseño de una serie de nuevas políticas destinadas a desarrollar el espacio aéreo de baja altitud de la ciudad, comprendido desde el nivel del suelo hasta los mil metros de altura. Los drones y la posibilidad de taxis voladores son algunas de las tecnologías que actualmente se están sopesando.
Alza la vista, tu comida está en camino. Los envíos con vehículos aéreos no tripulados ya no son una novedad en la ciudad de Shenzhen. Esta azotea es una de las cinco plataformas habilitadas para envío de paquetes por el cielo.
El gigante tecnológico Meituan afirma que estos vehículos pueden entregar los pedidos en un plazo de 12 a 15 minutos y unos 40 en hora punta. Habiendo completado hasta ahora más de 160.000 pedidos en Shenzhen y Shanghai, Meituan desempeña un papel clave en la economía china de baja altitud. Cualquier compañía con posibilidades de innovar en este sector puede optar a subvenciones por millones de dólares.
«Las subvenciones gubernamentales son solo proporcionales, pero nos permiten invertir más en tecnología. Estas políticas atraen también la inversión privada y ayudan a toda la industria. Ahora mismo, el coste de las entregas con drones es mayor que con mensajeros, pero bajará considerablemente en los próximos cinco o diez años. Con todo, no estamos aquí para sustituir a los riders, más bien estamos creando puestos de trabajo diferentes para ellos», señaló Wang Zhen, gerente de asuntos públicos de Meituan Drones.