La Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua (Fucvam) no solo tiene como objetivo que los cooperativistas accedan a una vivienda digna y de calidad para la clase trabajadora, con accesibilidad en el pago de las cuotas del préstamo de interés social, sino que también se preocupan por formar barrios, con toda la parte social y de desarrollo cultural que tiene cada uno de ellos detrás.
Según manifestó su presidente, Enrique Cal, a Diario La R, eso es posible gracias a que el nosotros tenía que superar al yo. Esa concepción de convivencia distinta a la que estaba acostumbrado donde cada uno construía su casa y listo, era algo que se tenía que instalar en el año 1970 cuando se fundó Fucvam. Era lo colectivo por encima de lo individual.
“En eso también hay que formar a la gente, educarla y que sepa vivir con esos resultados. Construir esa buena convivencia, porque todos trasladamos los problemas que tenemos y no vivimos en una burbuja, sino que lo hacemos en esta sociedad, sufrimos y tenemos los mismos problemas que tiene cualquier uruguayo.
Este afán por la formación, educación y construcción del clima de convivencia, se arraigó en nuestras cooperativas. Ahí hubo un gran impulso de los viejos anarcos que también integraron y vieron en Fucvam un espacio adecuado para llevar adelante sus ideas sobre la organización del barrio”, puntualizó.
Ese polo de desarrollo que construyen y generan las cooperativas, no solo se da hacia el interior para mejorar la calidad de vida de sus habitantes, sino que también lo hacen con los barrios donde están ubicadas, en algunos con mejores o peores rendimientos como en cualquier cosa que uno realice en la vida. El salvate solo en la cooperativa no existe, sino que siempre se piensa en el todo y en el barrio para darle progreso al entorno.
Con respecto a eso, mencionó que “hay cooperativas que tienen dentro de su predio: supermercados, farmacias, carnicerías, panadería, escuela, biblioteca y centro de educación Inicial, donde no van solamente los gurises de la cooperativa”.
Para que todo eso se dé siempre en cada una de las cooperativas que se construyen, pasa también por la conducción política de la Federación con sus lineamientos. “No solamente somos una organización popular y de vivienda sino que además somos una organización que se preocupa por mejorar la calidad de vida integral de la familia”, acotó.
Dentro de ella, se encuentra el acceso a la cultura, el cine y los espectáculos artísticos, aunque en Uruguay es un mercado que muchas veces excluye o está un poco vedado para determinados niveles económicos, según sostuvo Cal.
“El poder acceder a la cultura, si no hay una planificación y un impulso también desde las cooperativas, se torna complicado. Nosotros creemos que hay que mejorar la vivienda, pero también se piensa en el barrio y en que todos tengan acceso a los bienes culturales uruguayos. Por eso, se les brinda la posibilidad de ir al teatro, escuchar música de diferentes artistas, talleres de canto y actividades de juego.
Eso lo canalizamos a través de dos vías: las cooperativas con sus recursos, que a veces dependen de la historia de la misma y la cantidad de gente será mayor más o menos y con recursos centrales que se ponen al servicio de las cooperativas”, sostuvo.
Por otro parte, Diario La R consultó a la integrante de la Comisión de Desarrollo de Fucvam, Laura Schenzer, acerca de todas las actividades que coordinan desde la Federación y se hacen en las cooperativas.
Como primera cosa, habló acerca del convenio que tienen con el Taller Uruguayo de Música Popular (TUMP), que en este 2023 va por su tercer año. También tienen otro con Ignacio Martínez, que específicamente hace talleres en dos cooperativas de Fucvam. Estos se realizan una vez por semana en las cooperativas. Esos son los dos que tienen actividades continuas durante el año.
Dentro de las actividades que mencionó como puntuales, están “los artistas que visitan los barrios y realizan funciones como La Ventolera, montejuegos que es el espectáculo de Petru Valensky y la banda Los Cigarros. Ellos van una vez por mes a cada una de las cooperativas. Desde la Federación, se trata de que sea equitativo para todos”, dijo.
“Esas acciones son recibidas de manera excelente por parte de los cooperativistas. Casi todos los cupos que tenemos a disponibilidad de las actividades están casi cubiertos, siempre los piden. Estamos muy contentos con todo esto. Nosotros lo proponemos siempre como una actividad de integración dentro de la cooperativa. Son actividades que están abiertas a todas las personas que las conforman”, comentó.
En dichas jornadas, no se habilita el costo de entrada, ni siquiera como un bono de colaboración. Siempre se pide que sea de libre acceso. Muchas de las cooperativas que están en formación las hacen para su finanzas, pero recaudan con la cantina. Otras las piden para festejar su aniversario o simplemente como una actividad de integración.
“Lo que estamos en pleno trabajo y es una propuesta nueva de este año, son los viajes a Piriápolis, que los hacemos con una cooperativa de transporte. Son salidas recreativas que apuntan a la integración de las personas de las cooperativas. Además, ya se piensa en actividades para el Día del Niño Cooperativista que todos los años se hace, en el encuentro de coros y de adultos mayores”, subrayó.
Por último, pero no menos importante, está la Tarjeta Solidaria de Fucvam que le abre la puerta a los cooperativistas para que disfruten de la cultura a precios bonificados en las entradas de los espectáculos que se hacen en el Teatro Solís, que ahora también lo usan las bandas, el Teatro Florencio Sánchez y la Sala Verdi. No solo en ellas, sino también en las territoriales como son la Sala Lazaroff, Centro Cultural Artesano y Centro Cultural Terminal Goes.
FUNCIONAMIENTO DE LAS COOPERATIVAS
Para entender aún más todo esto es necesario saber como es el funcionamiento de cada una de las más de 700 cooperativas que actualmente tiene afiliadas Fucvam, como así también en las que no lo están. Por ley todas ellas deben tener una vieja Comisión Fomento que hoy se conoce como una Comisión de Educación, Formación e Integración Cooperativa (CEFIP), que se encarga de todos los aspectos sociales, de educación y formación.
“Además, cada cooperativa tiene un Consejo Directivo, una Comisión Fiscal y una Comisión Electoral. Por eso decimos que las cooperativas son escuelas de participación ciudadana, convivencia y protagonismo de la gente que toma las riendas de lo que sucede en su barrio y con la familia que integra la misma”, expresó.
Hay que destacar que las mismas, son independientes de todo y deciden por ellas mismas Según comentó, la única autoridad que está por encima de un Consejo Directivo o de una Comisión Fiscal es la Asamblea de la Cooperativa, donde se decidirá si esa Comisión actuó de buena manera o no.
“En todas las cooperativas del país, hay organización gremial. Esa responde a una organización cooperativa que es la CEFIP y ella es la que se encarga de recabar cuáles son los intereses del barrio y las necesidades, que formación cooperativa hay, quién ingresa por primera vez y necesita formarse. Eso se da tanto en una cooperativa de 10 personas como en una de 190 o en un barrio con 834 viviendas”, remarcó.
No hay que olvidarse que durante muchísimos años las cooperativas de vivienda fueron instaladas en la periferia de las ciudades, porque esos fueron los terrenos a los que podían acceder. Por lo tanto, hubo que llevar el saneamiento, el transporte público, servicios educativos y de salud, hacer calles y poner iluminación.
