Una nueva jornada de violencia en Gaza, con un alto número de víctimas mortales y desplazamientos forzados, lo que refleja la continua escalada del conflicto. El ataque de un dron israelí en Deir al-Balah, que dejó al menos seis muertos, y los bombardeos en otras zonas como Gaza y Nuseirat, evidencian la intensidad de la ofensiva militar israelí. Además, las condiciones extremas para los equipos de rescate subrayan la grave situación humanitaria, con miles de personas atrapadas bajo los escombros y en zonas inaccesibles.
El número total de muertos y heridos desde el inicio de la agresión, que supera los 43 mil muertos y más de 102 mil heridos, refleja la magnitud de la tragedia. Es particularmente alarmante el hecho de que la mayoría de las víctimas sean mujeres y niños, lo que subraya el impacto desproporcionado en la población civil.
La situación también está marcada por el desplazamiento forzado de cientos de palestinos, especialmente en Beit Hanoun, donde familias han sido obligadas a abandonar sus hogares, lo que agrava aún más la crisis humanitaria. La falta de acceso a servicios médicos y de asistencia básica, como se menciona, complica aún más los esfuerzos por salvar vidas y aliviar el sufrimiento de la población afectada.
Es un panorama estremecedor que refleja la devastación provocada por la guerra, con un costo humano incalculable y un empeoramiento constante de las condiciones de vida en la Franja de Gaza.