Alba Roballo fue una abogada, política y poeta uruguaya que dejó una profunda huella en la historia de nuestro país. Militante del batllismo en el Partido Colorado hasta fines de los sesenta, primer ministra mujer en Uruguay y América Latina. También participó de la fundación del Frente Amplio en 1971, fuerza política que acompañó hasta su fallecimiento.
Nacida en Artigas en 1909, Roballo se destacó desde joven por su talento y su compromiso con la justicia social y los derechos de las mujeres.
Su formación académica la llevó a graduarse en Derecho en la Universidad de la República, convirtiéndose en una de las primeras mujeres en ejercer esta profesión en Uruguay. Su pasión por la justicia la llevó a trabajar en el ámbito judicial, donde se destacó por su compromiso con la defensa de los derechos de los más vulnerables.
Además de su labor como abogada, Alba Roballo incursionó en la política, convirtiéndose en una figura relevante en el Partido Comunista de Uruguay. Su marcado compromiso con la lucha por la justicia social y la igualdad de género la llevaron a ocupar diferentes cargos dentro del partido, destacándose por su capacidad de liderazgo y su habilidad para articular alianzas con otros sectores políticos.
Comenzó su carrera política en el Partido Colorado junto a Julio Cesar Grauert y el Dr. Baltasar Brum. Militó junto a Isabel Pintos de Vidal, primera senadora batllista, durante la campaña electoral de 1946, dirigiendo el Primer congreso de la Mujer Batllista, fue con Luis Batlle Berres en 1947 que comienza su carrera política desde la gestión gubernamental. También fue acompañada en diferentes ocasiones por Zelmar Michelini. Abandona el Partido Colorado luego del asesinato de Liber Arce en 1968. Con su movimiento Pregón, en 1971 participo en la fundación de la coalición de izquierda Frente Amplio siendo muy criticada por su decisión. Pero su inquebrantable ideología, hizo que luchara por la suerte de los pobres, decía que su deber era luchar para conseguir que las mujeres y los más humildes tuvieran otro horizonte que trabajar como domésticas.
Una de las facetas más conocidas de Alba Roballo fue la de poeta; su obra literaria, influenciada por su compromiso político y su sensibilidad hacia las injusticias sociales, se caracteriza por su fuerza y su compromiso con la causa de los oprimidos. Sus poemas, cargados de emotividad y crítica social, han dejado una profunda huella en la literatura uruguaya y latinoamericana.
A lo largo de su carrera, Alba Roballo recibió numerosos reconocimientos por su labor en diversos ámbitos. Fue galardonada con el Premio Nacional de Literatura en varias ocasiones y recibió el reconocimiento de diferentes organizaciones internacionales por su labor en defensa de los derechos humanos.
Algunas de sus obras: Se levanta el Sol, Montevideo, 1942. La tarde prodigiosa, 1952. Canto a la tierra perdida, 1959. Réquiem para Miguel, 1963. Poemas sin fecha, 1967. El libro de los adioses, 1968. Cuadernos Julio Herrera y Reissig, 1971. Heredarás la Tierra, 1981. La fábrica de la locura, 1984. La casa de humo, 1993.
Además de su labor como abogada, política y poeta, Alba Roballo se destacó por su compromiso con la educación y la cultura. Fue una ferviente defensora de la educación pública y gratuita, y contribuyó de manera activa a la difusión de la cultura popular y la literatura en Uruguay.
A lo largo de su vida, Alba Roballo tuvo que enfrentarse a numerosos obstáculos y desafíos, tanto en su carrera profesional como en su vida personal. Sin embargo, su determinación y su compromiso con sus ideales la llevaron a superar todos los obstáculos que se interpusieron en su camino, convirtiéndose en una figura emblemática en la lucha por la justicia social y los derechos de las mujeres en Uruguay.
Presentamos el fragmento de un discurso de Alba Roballo que nos invita a reflexionar sobre el rol que cumplen en la sociedad las personas mayores y aún más, cuando se trata de mujeres:
“Pero yo digo que sufro dos discriminaciones. La primera porque soy mujer, aunque me las arreglo y sé defenderme. Segundo porque tengo muchos años. Las sociedades son muy duras con las viejas. La vejez significa despojo, fealdad, perder sus luces, su capacidad de creación, su promesa para el porvenir. Y además la discriminación que supone la replica a un estilo de combatiente.
Bueno, pero pese a todo creo que fui una mujer con mucha suerte, aunque todos los supuestos honores de los cargos fueron dados por un partido tradicional rigurosamente a lucha democrática, porque había elecciones internas, y se colocaban en el lugar de acuerdo a los votos. Pero no me estoy quejando de la perdida de cargos. Porque tener cargos a cambio de perder la identidad y el honor, es un precio muy duro.”
Alba Roballo falleció en Montevideo en 1996, dejando un legado imborrable en la historia de nuestro país. Su obra literaria y vida política, así como su labor en defensa de los derechos humanos continúan siendo una fuente de inspiración para las generaciones futuras, que encuentran en su figura un ejemplo de lucha y compromiso.
Roballo en el Partido Comunista????!!!!! Por favor, corrijan.
Dicen que cuando asumió el primer gobierno blanco, en1959, dijo una vez: «A este gobierno, ¡ni un vaso de agua!»
Supongo que lo de su pertenencia al Partido Comunista es un error, motivado tal vez porque quien era comunista era su esposo, Walter Previtali.