El fenómeno, que fue visible en zonas como Punta Yeguas y desde playa Carrasco hasta Pocitos, fue analizado por el ambientalista Raúl Viñas, quien enfatizó la necesidad de investigar las causas detrás de este problema ambiental. “Las cianobacterias siempre existieron, pero ahora están siendo más abundantes, con mayor frecuencia, y llegan a lugares donde antes no se las veía”, señaló Viñas en diálogo con Diario La R. Según el experto, este fenómeno no se limita a Uruguay, ya que se observa también en otras partes del mundo. “En el río Volga en Rusia, parece que estuviéramos navegando en sopa de espinaca, lo mismo que se vio en diciembre en Palmar y Mercedes, y que probablemente sean las mismas cianobacterias que ahora llegaron al Río de la Plata”, agregó.
Causas del incremento
Viñas,quien es miembro de Movus, Movimiento por un Uruguay Sustentable, apuntó a diversas fuentes de contaminación que alimentan estas floraciones. “Los embalses y ríos interiores, como los del río Negro, se están convirtiendo en criaderos de cianobacterias. Este río ha sido analizado desde 2009 en 13 estaciones y siempre dio mal”, afirmó. Entre los factores que agravan la situación, mencionó el uso de agroquímicos y la descarga diaria de 120 mil toneladas de efluentes de la planta de celulosa UPM2. “Esto supera la cantidad de agroquímicos utilizados anualmente en todo el país”, enfatizó. Otras fuentes identificadas incluyen plantas de procesamiento industrial, el vertido urbano y el uso de detergentes con alto contenido de fósforo. Según Viñas, los sistemas de saneamiento insuficientes en Uruguay contribuyen al problema: “No llegamos a un nivel de saneamiento que haga que los efluentes urbanos sean inocuos”.
Consecuencias ambientales y sanitarias
El impacto de las cianobacterias en los ecosistemas acuáticos es devastador. “Degradan el ambiente y eliminan muchas formas de vida. En los peces, por ejemplo, obstruyen las vías respiratorias y las branquias, provocando su muerte. Además, algunas especies pueden generar infecciones”, explicó el activista. Recordó, además, un caso reciente en Uruguay en el que una niña requirió un trasplante debido a infecciones contraídas en una playa. La potabilización del agua también se ha visto afectada, ya que requiere un mayor uso de químicos, lo que puede generar subproductos nocivos como los trianometanos. “Estamos gastando más en potabilización en lugar de solucionar las causas del problema”, lamentó Viñas.
Monitoreo reforzado y recomendaciones
Ante la actual floración, la Intendencia de Montevideo reforzó el monitoreo de calidad del agua en las playas del departamento. Verónica Piñeiro, directora de la Gerencia de Gestión Ambiental, explicó que las floraciones se deben a factores exógenos, como las descargas del río Uruguay y las represas. Los análisis preliminares identificaron el género Microcystis como el principal componente de estas floraciones. Se recomienda no ingresar al agua cuando se observe la bandera sanitaria o manchas verdes en el agua. “Hay mucho por hacer y pensar. Este problema es un síntoma de la degradación ambiental que estamos sufriendo”, concluyó Viñas, llamando a la acción conjunta de diversos organismos para enfrentar esta crisis.
Problemas de salud
El MSP señaló que el crecimiento desmedido de cianobacterias puede generar problemas en la salud debido a su capacidad de producir toxinas. El riesgo se relaciona principalmente con la producción de cianotoxinas que provienen de las cianobacterias.
La presencia de otros microbios patógenos asociados a las colonias de algas como Pseudomona Ae, así como el olor y sabor desagradables debido a la producción de compuestos volátiles como la Geosmina o el gas sulfhídrico, son otros aspectos relacionados con la afectación de la salud. Estos metabolitos tóxicos producidos por las algas pueden causar problemas de salud leves y de corto plazo como dermatitis y alteraciones gastrointestinales, hasta problemas de toxicidad más graves con efectos tanto agudos como crónicos (hepatotóxico y neurotóxico).
Los más sensibles y vulnerables son los niños, ancianos, pacientes inmunodeprimidos, embarazadas y aquellas personas que desarrollan actividades en medios acuáticos (guardavidas, deportistas, pescadores). Las mascotas, en particular los perros.