Antes de poder votar las mujeres eran cooperativistas.

¿Sabías que antes de que se permitiera el sufragio universal y las mujeres pudieran ejercer su derecho al voto, ya había mujeres cooperativistas?

Para recordar a las primeras cooperativistas de Europa, debemos remontarnos de nuevo a la Inglaterra de mediados del siglo XIX y a la ciudad de Rochdale, donde los famosos Pioneros abrieron la que se conoce como la primera cooperativa del mundo en 1944.Fue en marzo de 1846 en Inglaterra, una tejedora, Eliza Brierley, se alineó en una fila de trabajadores para entregar una libra esterlina y poder convertirse en miembro de pleno derecho de la famosa Sociedad Cooperativa Equitativa de Pioneros de Rochdale.

La tienda de los Pioneros de Rochdale había abierto en 1844. La consigna era que cualquiera podía unirse sin restricciones de género, raza o religión, si aportaba £ 1; y se beneficiaba por igual, sin influencia por nivel de compra.

En un tiempo en que las mujeres todavía eran “propiedad” de su padre o esposo, no tenían derechos legales ni civiles en el Reino Unido, y eran excluidas de la participación económica igualitaria en la sociedad, Eliza alentó la participación de las mujeres como miembros de una cooperativa.

Los Pioneros de Rochdale fueron también pioneros en su época en el empoderamiento de la mujer, permitiendo que las mujeres se convirtieran en miembros de la cooperativa desde el principio. Esto ocurrió 50 años antes de que un país reconociera el sufragio femenino y 60 años antes de que las mujeres británicas pudieran votar en unas elecciones.

Primeras cooperativas y derechos de la mujer

Desde sus inicios, la cooperativa de Rochdale participó en campañas para que el Parlamento de Westminster promulgará una ley que evitará que las propiedades de las mujeres, cuando se casaban, pasarán a los maridos, la cual fue ganada en 1870. De manera más general, se conoce que el cooperativismo británico apoyó decididamente la lucha de las sufragistas.

En 1883 en Inglaterra se creó la primera organización cooperativa de mujeres, la Women ‘s Cooperative Guild, impulsada por Mary Lawrenson y unas cincuenta mujeres más. Co-operative Women ‘s Guilds se creó para proporcionar a las mujeres una voz dentro del movimiento. Muchas de las sociedades tenían un miembro por familia y, como tal, era generalmente el hombre que asistía a las reuniones.

Esta entidad, aún existente, participó en las campañas por el sufragio femenino, los derechos reproductivos y la igualdad salarial con los hombres

 Pero no podemos olvidar en qué época nacieron Los Pioneros, la entidad más emblemática del inicio del movimiento cooperativo. Si bien los Pioneros de Rochdale acordaron que los miembros podían ser hombres o mujeres, el aporte obligatorio de una libra esterlina, que equivalía a casi una semana y media de salarios, significaba que sólo el jefe de cada hogar en la mayoría de las familias podría convertirse en miembro.

Otras barreras como no poseer propiedad también jugaba para limitar la vinculación de las mujeres.

Historiadoras del Co-operative College de Londres han indicado que en esa época es muy poco probable que la Sociedad de Pioneros alentara a mujeres a levantarse y hablar, así que en una reunión llena de gente, ellas habrían tenido un alto grado de empoderamiento y carácter para realmente levantarse y defender su opinión.

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