El Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó el nuevo acuerdo con la Argentina por 45.000 millones de dólares, cerrando una larga negociación de más de dos años que culminó el proceso de reestructuración de la deuda externa que encaró el gobierno de Alberto Fernández.
El Directorio Ejecutivo del FMI, controlado por las potencias del G7, aprobó un Acuerdo de Facilidades Extendidas (EFF, según sus siglas en inglés) para la Argentina, que le permitirá al país obtener una nueva línea de financiamiento de “acceso excepcional” casi cuatro años después del crédito que recibió el gobierno de Mauricio Macri, el más grande en la historia del organismo, bajo condiciones similares.
Los fondos frescos se utilizarán para reforzar las reservas (la semana próxima se dará un giro de casi 10 mil millones de dólares) y afrontar los vencimientos de ese préstamo. El período de repago es de 10 años, con un período de gracia de 4 años y medio, lo que implica que la Argentina comenzará a pagar la deuda a partir de 2026 y hasta 2034. El nuevo acuerdo, el 22º en la historia de la Argentina y el Fondo, fue diseñado por el ministro de Economía, Martín Guzmán, y el staff del organismo con el objetivo primordial de comenzar a atacar uno de los problemas más urgentes de ese país, la alta y persistente inflación.
El diario La Nación señala que el núcleo del plan es una reducción paulatina y gradual del déficit fiscal hasta equilibrar las cuentas públicas en 2025, disminuyendo el financiamiento monetario del Tesoro, ampliamente visto como una de las causas principales del fuerte aumento de los precios. El ajuste fiscal se concentrará en el recorte de los subsidios a la energía, que tendrá como contrapartida un aumento en las tarifas de la electricidad y del gas a los hogares de mayores ingresos del país.
El Fondo describió el nuevo programa como “realista, pragmático y creíble”.
El gobierno del presidente Fernández ha defendido el nuevo acuerdo al afirmar que uno de los objetivos centrales del plan es “mantener la recuperación económica y social”. el nuevo pacto permitirá evitar un “impago”, o arrears, con el Fondo Monetario, que hubiera dejado al país en una situación mucho más delicada. Y le brindará a la Argentina un período de gracia de cuatro años y medio sin fuertes vencimientos para intentar encarrilar la economía.
El acuerdo aspira a bajar el déficit fiscal “gradualmente y sustentablemente” al 2,5% del producto bruto interno este año; 1,9% en 2023; 0,9% en 2024, y 0% o equilibrio fiscal en 2025. La letra del nuevo convenio contempla además crecimiento para este año de entre el 3,5 y el 4,5 por ciento, una reducción de la inflación a un rango del 38 al 48 por ciento, y un aumento de las reservas netas del Banco Central de 5800 millones de dólares.