La salud cognitiva se refiere a la capacidad del cerebro para procesar, analizar y recordar información de manera efectiva. Esto incluye habilidades como el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la memoria, la atención y la capacidad de aprender nuevas habilidades.
Esta ciencia psicológica estudia la cognición y los procesos mentales subyacentes al comportamiento. Esta disciplina cubre un amplio intervalo de dominios científicos como la memoria, la atención, la percepción, la representación del conocimiento, el razonamiento, la creatividad.
A medida que envejecemos, nuestro cuerpo y cerebro cambian. En ese proceso de envejecimiento, podemos tardar más en aprender cosas nuevas o en recordar información. Dentro de los consejos que recomiendan los especialistas para ayudar a mejorar la memoria y mantener la mente aguda está mejorar la dieta.
La alimentación, la cognición y la salud mental podrían estar relacionadas con alteraciones en los biomarcadores moleculares. Así como con cambios en la estructura y las funciones cerebrales. La investigación nutricional sugiere que la relación entre los patrones dietéticos y las funciones cognitivas podría estar potencialmente mediada por el eje intestino-cerebro.
Los especialistas hacen hincapié sobre la importancia de establecer preferencias alimentarias saludables en una etapa temprana de la vida. «Desarrollar una dieta sana y equilibrada desde una edad temprana es crucial para un crecimiento saludable. Para fomentar el desarrollo de una dieta sana y equilibrada, tanto las familias como las escuelas deben ofrecer una amplia gama de comidas nutritivas y cultivar un entorno que apoye su desarrollo físico y salud mental» aseguraron.
Entre los alimentos que podrían desempeñar un papel clave en la protección de la memoria se destacan las verduras de hoja verde, son la base de una dieta que ayuda a la salud cerebral porque son versátiles y tienen una alta proporción de nutrientes y calorías. Rúcula, espinaca, hojas de remolacha y acelga son las más utilizadas. Otras pueden ser las frutas y verduras, algunas investigaciones aseguran que los morrones rojos, los arándanos, el brócoli y la berenjena pueden ayudar a la memoria, el sueño y el estado de ánimo.
Los pescados como el salmón y el bacalao son fuentes de ácidos grasos omega-3 de cadena larga que son esenciales para la salud del cerebro. Agregar frutos secos y semillas a tu alimentación también puede ayudar a prevenir enfermedades cognitivas. Diferentes frutos secos como almendras, nueces y semillas de sésamo o calabaza pueden resultar muy beneficiosos para la salud cerebral.
Cocinar con especias y hierbas puede resultar muy útil para proteger la memoria. Además, la canela, el romero, salvia, azafrán y jengibre sirven para cuidar la salud cerebral. Finalmente, el chocolate amargo, según diferentes investigaciones, las personas que comen chocolate negro regularmente tienen un riesgo 70% menor de sufrir deterioro cognitivo que las personas que consumen chocolate con leche.