En 2020 a partir de la Ley N° 19889, mayormente conocida como la Ley de Urgente Consideración, se crea el Instituto Nacional de Bienestar Animal (INBA), cuyo objetivo, a grandes rasgos, es garantizar el respeto y la dignidad de todos los seres vivos, mediante la promoción de adopción de políticas públicas que aseguren su protección y cuidado.
Básicamente nace la obligatoriedad de responsabilidad ante la tenencia de un ser vivo, con todo lo que implica, porque al parecer no venía incluído en el manual de convivencia y ningún ser que no fuera humano merecía considerarse para tal acto. Sí bien toda ley necesita sustentarse mediante políticas y apoyo económico, sumado el plus de que un cambio cultural no se realiza de un año para el otro, el INBA no logró estar a la altura para lo que fue creado, pero ¿por qué?.
Hay quienes dicen que fue culpa de los entes responsables por no brindarle ni el respaldo ni apoyo necesario y quienes dicen que aún son minoría a quienes de verdad les interesa el bienestar animal.
Año 2024 y el abandono de mascotas no ha disminuído, los refugios no dan a basto al punto de peligrar su cierre o ya no poder recibir más animales, caballos mueren frente a nuestros ojos, se vuelven noticia casos de extremo abuso, maltrato y torturas, como una señal para hacer algo por todos esos miles de casos que no se hacen públicos y que sí suceden en Uruguay, basta dejar de mirar para el costado, como acostumbramos hacer con todo, para saber que no hemos avanzado nada. El INBA parece no entender cuál es su verdadero cometido, el cual basta dirigirse a su página web para saberlo a detalle y se ha mostrado ausente desde el día uno.
Las denuncias han crecido desde que el país cuenta con este organismo y no se trata de desmerecer el trabajo hecho al respecto, pero en mayo de este año las protectoras de animales retiraron a sus representantes porque se estaba actuando de manera contraria al bienestar animal, siendo un claro ejemplo de que la creación de este instituto no fue más para llenar el ojo político y no hay banderas partidarias, porque en 2014, pleno gobierno de izquierda, el Poder Ejecutivo aprueba el decreto de reglamentación de la ley de protección de los animales en su vida y bienestar, así como su tenencia responsable, que mediante 196 artículos establece faltas por maltrato o abandono y pautas para realización de espectáculos públicos, entre otras disposiciones y castigos. ¿Qué sucedió? Lo mismo que sucede año tras año, los entes competentes no se hacen cargo o tienen procesos largos y complejos que parecieran ser anti denuncias, provocando una sociedad que dice: para qué denunciar si nadie hace nada y organizaciones cansadas de levantar la voz y que no se les escuche.
Cabe resaltar que en Uruguay no está penado el maltrato animal y es cuestionable pensar en que se implemente cuando las sanciones establecidas no se aplican. Cruzando una nueva época electoral el bienestar animal se puso entre los puntos programáticos de los partidos políticos e incluso algunos se han expresado al respecto. El candidato a la presidencia por el Frente Amplio, Yamandú Orsi se reunió con la Plataforma Animalista y expresó: “asumimos, entre otras cosas, el compromiso de rever la institucionalidad de la protección y bienestar animal, apoyar el sistema de refugios y protectoras, y trabajar en pos de la accesibilidad de los servicios veterinarios”, palabras que se las puede llevar el viento, sin embargo si leemos el programa del partido, en su punto número 11 titulado “Una sola salud: desde una perspectiva de derechos, integral y comunitaria”, habla de “profundizar políticas públicas de bienestar animal con un abordaje integral”, donde desarrollan únicamente cuatro acciones, que invito a leer, para entender por qué desde mi opinión solo son relleno, sin marcar un verdadero compromiso más que el de la creación de un hospital veterinario público.
Por otro lado, tenemos a la coalición multicolor, encabezada por el candidato del Partido Nacional, Álvaro Delgado, único candidato que no recibió a representantes de la Plataforma Animalista, aún así, está integrada, entre otros, por el Partido Colorado cuyo ex candidato Andrés Ojeda se volvió tendencia por querer ser el candidato del bienestar animal mientras se sacaba fotos y hacía propaganda con perros de raza, cuando uno de los temas más demandados por las organizaciones animalistas es la cría de animales para su venta. Dejando las críticas de lado, en el documento de Compromiso País, hablan en su punto número 15 sobre el “Bienestar animal”, donde se proponen 13 acciones a implementar, siendo en esta ocasión más específicos, como desarrollar un plan de incentivos para reducir el uso de caballos de tiro, actualizar la normativa que permita la tipificación del delito de maltrato animal con extrema crueldad, fortalecimiento del Programa Nacional de Albergues y prohibición progresiva de pirotecnia sonora.
No se sabe a ciencia cierta ni quién gobernará los próximos cinco años ni si estas propuestas serán cumplidas, pero sí es un hecho que la sociedad demanda cada vez más un avance en este tema, en medio de un Uruguay donde las autoridades responsables por ley no se hacen cargo, donde hay dueños que rechazan sus responsabilidades y donde animales sufren y mueren por un enorme desamparo. Por suerte, dentro de nuestra sociedad, es creciente el número de personas que siguen levantando la voz, ayudan y asumen responsabilidades que no le competen, para que nuestros animales puedan tener una vida digna y se haga justicia por aquellos que no conocieron el respeto.
La foto que acompaña esta nota se obtuvo de Espacio Animal Montevideo y las 3 hermosas perras están en adopción en el refugio Refugio PGA – Perros y Gatos en Adopción.
TODOS los políticos son conocidos por JAMÁS cumplir sus promesas, y está no es la excepción.