Cambadu estima que no se va a registrar una suba explosiva de precios en harinas y aceites

Los incrementos en los precios de los granos por la crisis en Ucrania, termina repercutiendo en nuestro país.

Daniel Fernández, expresidente del Centro de Almaceneros Minoristas, Baristas, Autoservicistas y afines del Uruguay (Cambadu) y actual asesor de la institución, estima que la suba de los precios de ciertos productos fariños y aceites será gradual y de no manera explosiva. En diálogo con Diario La R, Fernández consideró que el comercio de cercanía sobrevivió bien a la pandemia, aunque el sector gastronómico no se pudo aún recuperar y las ventas están en un 45% de lo que eran en 2019. 

– ¿Como observa Cambadu los incrementos que se están dando en los precios?

– El Uruguay tiene una característica de que se dan incrementos en los precios casi de una manera constante, aunque en muy pequeños porcentajes. Ahora se anuncia que van a subir mucho los productos fariños, o sea aquellos con componentes de harina y los aceites. Ambos son derivados de los granos que están subiendo en el mercado internacional. Nosotros creemos que no se va a dar la suba explosiva de la cual se habla. Lentamente los precios se irán incrementando, y ya tenemos anuncios en este sentido. Se van a observar, en especial en harinas y aceites. Pero Uruguay tiene una tradición de que nunca existieron aumentos salvajes como en Argentina, que de la noche a la mañana se dan subas de un 80%, lo que son locuras. Acá se da de manera más lenta. Más allá de que por ejemplo se señala que la harina podría aumentar hasta un 20%, ese incremento será seguramente en el correr de los meses. Porque si los precios suben de golpe, no se va a vender el producto. 

– ¿Como pueden repercutir estas subas en el comercio de cercanía?

– Vemos esta situación con preocupación, porque al comercio se le hace muy difícil enfrentar los incrementos y trasladarlos al cliente. Hoy por hoy, los margenes de utilidad en canasta básica son mínimos. Seguramente habrá quienes contendrán el aumento todo lo más que puedan, y otros no, porque la realidad de cada comercio es diferente. 

– ¿Como han evolucionado las ventas y están actualmente?

– En lo que es autoservice y almacén se encuentra bastante bien, porque no los afectó de manera importante la pandemia. En el caso de los comercios pequeños y de cercanía, siempre en las crisis se ven beneficiados. Pasó en 2002 cuando explotó todo y el comercio de barrio aguantó el chaparrón de mejor manera, que el más grande que tiene importantes costos fijos. En este momento se debe tener en cuenta que venimos del verano que es cuando bajan un poco las ventas, e ingresamos en marzo dónde empiezas las clases y los gastos son mayores por educación, por lo cual en el resto se pueden reducir un poco. 

-¿En cuanto al comercio de cercanía, como se comparan las ventas con 2019, o sea antes de la pandemia?

– En este caso lo que ayudó mucho fue la situación de pandemia. Porque la gente se cuidaba y salía lo menos posible de su casa y compraba generalmente en el comercio más cercano. De esta manera se redescubrió el autoservice barrial, y se incrementaron, por ejemplo los pedidos por teléfono. Si miramos las cifras, hoy estamos de una manera similar a marzo de 2019, que fue cuando comenzó una baja en las ventas y se mantuvo hasta la llegada de la pandemia. 

– ¿Y cuales son los desafío para que el comercio de cercanía se pueda mantener?

– Tiene que agiornarse con a la modernidad que tenemos hoy. El comercio en general, con la facturación electrónica, tiene fuertes controles, por lo cual debe ser un comerciante serio para sostenerse, porque los pagos fiscales son elevados. Se deben dar servicios personales, que fue lo que los salvó en esta crisis. Hoy se ha impuesto muchísimo la modalidad de pedir por teléfono, porque a la gente cada vez le cuesta más salir. Ese servicio extra que se da al cliente es muy positivo. En ese sentido Cambadu colabora. Estamos comenzando en estos días, junto a Coca Cola, cursos de perfeccionamiento para gastronómicos, autoservice y almacenes, de técnicas para dar mejor servicios. 

– ¿De que manera se terminó adaptando el comercio a lo que son los pagos electrónicos?

– Los cambios en ese tema también son constantes. Hoy día hay mucha gente que paga con el teléfono, existiendo una evolución de la tecnología. Antes se rechazaba la tarjeta, después se aceptó y luego a una velocidad vertiginosa entramos con el pago mediante el teléfono. Por lo tanto hay un cambio continuo en este sentido y estos sistemas se imponen lentamente, pero terminan llegando a todos. 

– ¿El sector gastronómico como se encuentra?

– Ahí si venimos mal, con solamente un 45% de lo que eran las ventas en 2019. Esperamos que ahora que se está normalizando la concurrencia con más gente en la calle, al estar pasando la pandemia, empiece a levantar un poco este sector. 

– ¿Cuales son las soluciones que se observan desde Cambadu para los gastronómicos?

– Soluciones mágicas no hay. Existe un cambio de hábitos. Han llegado cadenas argentinas y están los nuevos mercados con plazas de comida. Un problema central es que la gastronomía en Uruguay tiene costos fijos muy elevados. Pero somos optimistas y consideramos que una vez que se estabilice la situación por la pandemia, vamos a volver a los niveles de 2019.

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