En mayo de 2024 el Ministerio de Relaciones Exteriores dispuso de una investigación administrativa en el Consulado de la República en la ciudad de Mendoza, Argentina, ante la denuncia de presuntas irregularidades detectadas. A mediados de septiembre se tomó la resolución de cesar del cargo al cónsul honorario, Homero Pineda (quien ejercía desde 2004), lo que provocó el cierre de la representación. Ante este hecho Pineda se contactó con Diario La R para dar a conocer la situación de “desamparo” en que quedaron los uruguayos que viven en Mendoza y por entender que “se actuó sin justificación” ante su cese.
Para dar un contexto de la situación, nos informó que todo surge tras la muerte del Santiago “Morro” García, quien se encontraba fichado en un club de la provincia.
La Fiscalía resolvió que sus pertenencias quedaran a cargo del cónsul (Pineda) y el vicecónsul (su hijo), hasta el reclamo de su familia, que no se encontraba en el país. Aproximadamente dos años después su ex pareja y madre de su hija retira las pertenencias.
Sin embargo tiempo después esta “habría presentado una denuncia en Montevideo por el posible uso de un auto de García, que presentaba una diferencia en el kilometraje de 2 kilómetros”. Pineda nos informa que esta situación “significó que alguien interesado, a lo mejor en otras cosas, decidió amplificar algo que realmente no tenía mucho asidero, porque se comprobó que el vehículo estaba en perfectas condiciones y que solamente tenía una diferencia mínima en el kilometraje”.
Este hecho derivó a que se realizara una inspección a las condiciones del consulado y los intervinientes se reunieran con la fiscal que estuvo a cargo del caso y que los había puesto como depositarios y con el administrador general del consulado. En base a esto se elaboró un informe, que aclara “nunca pude ver” y que determinó la firma de la resolución cerrando el consulado de Uruguay en Mendoza. Diario La R accedió al documento y pudo constatar que el mismo expresa: “el Ministerio de Relaciones Exteriores, entiende conveniente proceder al cese del señor Homero Wilson Pineda Rodríguez como Cónsul Honorario de la República en la ciudad de Mendoza, República Argentina, en virtud de las irregularidades constatadas en su desempeño”.
Cabe resaltar que durante estos 20 años, las funciones del mismo se daban en una sede de propiedad de Pineda y se sostenían fundamentalmente por su actividad privada de editor e impresor de libros y revistas. “Desde Uruguay no han dado nunca ni un centavo, más que el escudo que colgamos en la puerta” expresó.
“Ahora por estas causas, que nunca se justificaron ni nos brindaron información sobre las supuestas irregularidades, el consulado está cerrado y yo estoy inhabilitado para cumplir las funciones que realizaba” lamentó informando que las tareas (como permisos de menor, certificados de nacionalidad, poderes, la fe de vida para uruguayos jubilados, entre otros) pasan a ser competencias del Consulado General de Córdoba.
Pineda estima que en Mendoza viven aproximadamente unos 500 uruguayos y en ese sentido transmitió que esto está provocando “incomodidad en las personas, primero por la distancia que hay entre las provincias y segundo porque el cónsul de Córdoba no los atiende con la misma deferencia”. Pineda expresó que este hecho es de su conocimiento “porque me llaman a diario”.
En este marco, nos compartió una situación ocurrida después del cierre del consulado, donde una compatriota se presentó porque estaba por ser desalojada de su casa y necesitaba de asistencia. Desde Córdoba se le exigió cierta documentación y trámites, que jugaban en contra de su condición porque iba a quedar en la calle con su hija menor. Ante esto, Pineda logra conseguir mediante contactos con la empresa Ega, pasajes para que la mujer regrese a Uruguay, “que era lo que necesitaba esta señora y no se la ayudó”.
Como acto a seguir, nos comentó que se juntaron, por voluntad de los propios uruguayos residiendo en Mendoza, casi 70 firmas para presentar ante Cancillería del Uruguay, para que “se reconsidere la medida” y solicitando la reapertura “por el beneficios para los uruguayos y el perjuicio que les causa que no esté en funcionamiento”. Que se suman a las cartas que han ido enviando sobre diferentes situaciones que deben afrontar con un consulado cerrado.
El ex cónsul plantea que sospecha bajo fundamentos que elige no compartir, que hay otros factores en juego, siendo uno de ellos que “hay alguien de la embajada que está enfrentado con el cónsul de Córdoba, que es mi jefe superior y entonces de alguna manera, se le señalaba que ha descuidado Mendoza como consulado”.
Finalizando, expresó que en lo personal, no se ha intentado contactar directamente con Cancillería, porque “me he sentido ofendido con este maltrato, porque después de 20 años, lo menos que tienen que hacer es llamarme para aclarar algunos aspectos. Para mí es humillante, porque he hecho muchísimas cosas por Uruguay y por los uruguayos en general, desde poner al servicio el edificio, donde se han realizado muchos intercambios educativos, hasta brindar atención a todos aquellos que así la requerían y ayudarlos a solucionar sus problemas”.
A su vez, informó que cuando se realizó una suspensión temporal mientras se realizaba la inspección, presentó una carta con la disposición de su renuncia “a los fines de que puedan investigar todo lo que quieran y yo no entorpecer”, que nunca recibió respuesta y dos meses después “le hacen firmar al presidente una resolución donde me dejan cesante y que cierran el consulado, sin dar explicaciones”.