Censo Agropecuario: 65,9% de los productores tienen 54 años de edad promedio

La cría de vacunos de carne se mantiene como la actividad predominante, representando el 65,9% de la superficie total de las explotaciones.

El Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) y el Instituto Nacional de Estadística (INE) presentaron los resultados preliminares del Censo Agropecuario, que abarca más de 16 millones de hectáreas, lo que representa el 94% de los padrones rurales del país. Esta iniciativa, que se llevó a cabo con métodos presenciales, telefónicos y en línea, es una herramienta crucial para el diseño de políticas públicas, especialmente aquellas vinculadas a la posesión de tierras y la dinámica poblacional rural.

El censo reveló importantes cambios en el uso de la tierra, con un aumento significativo en las actividades recreativas sobre terrenos rurales, un fenómeno que podría indicar una transformación en el perfil de los habitantes rurales. Además, la cría de vacunos de carne se mantiene como la actividad agropecuaria predominante, representando el 65,9% de la superficie total de las explotaciones. Le siguen los cultivos de secano (9%), la forestación (8,6%) y la cría de vacunos para la extracción de leche (3,4%).

Otro dato relevante es que el 65,9% de los productores rurales tienen 54 años de edad promedio, con una notable mayoría masculina, ya que el 73% de los productores son hombres frente a un 27% de mujeres. Esta estadística también señala la necesidad de políticas públicas que promuevan la equidad de género en el sector agropecuario, un aspecto que sigue siendo un desafío en muchos ámbitos rurales.

Este censo ha sido calificado como «muy innovador» en la región, pues empleó diferentes metodologías de recolección de datos: presencial, telefónica y en línea, lo que ha permitido una cobertura más amplia y variada. De hecho, un 52,7% de la información fue recabada por teléfono, destacando la eficacia de los métodos digitales para llegar a los productores más alejados o con menos acceso físico.

La alta tasa de participación, que incluye 57.074 censos realizados en predios sin actividad agropecuaria, también subraya la importancia del censo en el monitoreo del uso de tierras en general, independientemente de su destino productivo, algo que será fundamental para la planificación de futuras políticas públicas que busquen integrar diferentes actividades rurales.

El Censo Agropecuario no solo es un ejercicio estadístico; tiene profundas implicancias políticas y sociales. A través de la información obtenida, el gobierno podrá diseñar políticas públicas más ajustadas a la realidad del campo, con un enfoque en la dinámica poblacional y la posesión de tierras. En este sentido, resulta relevante la tendencia creciente hacia el uso recreativo de la tierra, lo cual podría indicar un desplazamiento de las actividades agrícolas tradicionales, planteando el desafío de cómo equilibrar las necesidades productivas con las de los nuevos usos del suelo.

Además, la edad promedio elevada de los productores, sumada a la marcada desigualdad de género, pone de manifiesto la necesidad urgente de políticas que promuevan la inclusión de los jóvenes y las mujeres en el sector agropecuario. La digitalización de la recolección de datos también sugiere que el futuro del campo uruguayo pasa por la tecnología y la innovación, lo que implica la necesidad de una mayor inversión en capacitación y acceso a herramientas digitales para los productores rurales.

Desde un punto de vista político, el Censo Agropecuario representa una oportunidad estratégica para el gobierno uruguayo, pues permite contar con una base de datos robusta para impulsar reformas en el sector agropecuario. Sin embargo, también plantea varios desafíos. Si bien los resultados del censo permiten una visión detallada del uso de las tierras y la actividad económica en el campo, la creciente diversificación de los usos de la tierra podría generar tensiones entre los intereses agrícolas y los recreativos o inmobiliarios. El desafío para el gobierno será crear políticas públicas que encuentren un equilibrio entre el fomento de la producción agropecuaria y la preservación de las actividades rurales tradicionales.

Asimismo, el censo pone en evidencia una vez más la necesidad de políticas públicas inclusivas que fomenten la participación activa de las mujeres y los jóvenes en la actividad agropecuaria. Si bien las autoridades han destacado los avances en la recolección de datos, el siguiente paso será asegurar que estos resultados se traduzcan en políticas concretas que busquen reducir las desigualdades de género y edad en el campo uruguayo.

En conclusión, el Censo Agropecuario se perfila como una herramienta crucial para la planificación estratégica del país, pero su impacto dependerá de cómo el gobierno utilice los datos obtenidos para fomentar un desarrollo rural sostenible e inclusivo.

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