Las crecientes tensiones entre Israel e Irán han llevado al Consejo de Seguridad de la ONU a convocar una reunión urgente, a raíz de los recientes bombardeos israelíes sobre instalaciones militares en territorio iraní. La solicitud para esta sesión fue presentada por el gobierno de Teherán, que alertó sobre las graves implicaciones de estos ataques para la paz y la seguridad internacionales.
En su comunicación, el canciller iraní, Abbas Araqchi, advirtió que las agresiones israelíes contribuyen a la desestabilización de una región ya frágil, reiterando que Irán se reserva el derecho de responder a lo que considera ataques criminales. El presidente iraní, Masoud Pezeshkian, respaldó esta postura, afirmando que, aunque su país no busca un conflicto armado, defenderá sus derechos ante la agresión israelí.
Por su parte, António Guterres, secretario general de la ONU, expresó su profunda preocupación por la escalada de violencia en Medio Oriente. En un comunicado, instó a las partes a cesar el fuego y a hacer esfuerzos para evitar un conflicto regional que podría extenderse a otros países, como Líbano y Gaza.
Los ataques del fin de semana, que dejaron al menos cinco muertos, han intensificado los temores sobre una posible guerra en la región. La defensa aérea iraní calificó estos bombardeos como intentos de agresión por parte del «régimen sionista», subrayando la gravedad de la situación actual. La comunidad internacional observa con atención, preocupada por las repercusiones de este conflicto en un área ya marcada por la inestabilidad.
