El reciente pronunciamiento del senador Álvaro Delgado en relación al caso Besozzi ha generado debate en la opinión pública y ha suscitado críticas por su falta de claridad y transparencia en otras acciones del pasado propiamente que lo involucran.
Durante su intervención, Delgado se posicionó en contra de la fiscalía, cuestionando su actuación y sugiriendo que las investigaciones podrían estar basadas en motivaciones políticas más que en hechos concretos. Sin embargo, su discurso careció de un análisis profundo y riguroso de los hechos, lo que ha llevado a muchos a cuestionar su intención y la veracidad de sus afirmaciones.
Los aspectos del pasado del caso Astesiano que involucran a Delgado con los permisos a ciudadanos rusos para ingresar en la pandemia a Uruguay no lo habilitan para hablar de nada.
Lo más polémico fue la omisión de él que nunca aclaró el detalle de la amenaza de Alejandro Astesiano,que dos por tres dice que va hablar de Delgado.
Este hecho, siempre es eludido por Delgado, lo que plantea serias dudas sobre la integridad de su discurso.
En el caso Besozzi al no abordar de manera directa las pruebas, el senador parece intentar desviar la atención del público y de los medios hacia la fiscalía, en lugar de ofrecer una discusión honesta sobre la situación en su totalidad.
La política, en su mejor sentido, debe basarse en la transparencia y la rendición de cuentas. El senador Delgado, como figura pública y como senador tiene la responsabilidad de ser claro y directo con la ciudadanía. Su retórica en contra de la fiscalía, sin ofrecer un contexto completo, no solo es irresponsable, sino que también puede interpretarse como un intento de proteger intereses personales o políticos.
Además, el hecho de que un senador utilice su plataforma para criticar a instituciones que desempeñan funciones fundamentales en la justicia es preocupante. La fiscalía tiene el deber de investigar y actuar en casos de potencial corrupción o irregularidades, y cualquier intento de socavar su credibilidad puede tener consecuencias graves para el estado de derecho. Es esencial que los funcionarios públicos, especialmente aquellos en posiciones de poder, fomenten la confianza en las instituciones y no alimenten la desconfianza a través de declaraciones sin fundamento.
La falta de claridad en el discurso de Delgado también plantea interrogantes sobre su compromiso con la verdad y la justicia. En un momento en que la sociedad demanda más transparencia y ética en la política, este tipo de actuaciones sólo contribuyen a aumentar la desconfianza en los representantes y en el sistema en su conjunto. Los ciudadanos merecen líderes que actúen con integridad y que no utilicen su poder para desviar la atención de asuntos críticos.
El discurso de Álvaro Delgado en contra de la fiscalía en el caso Besozzi no solo carece de sustento, sino que también omite información crucial que podría cambiar la percepción del caso. Su negativa a abordar la amenaza de Alejandro Asteciano es un signo de falta de compromiso con la verdad y la justicia. La política debe ser un espacio de diálogo honesto y transparente, y es responsabilidad de los líderes actuar en consecuencia.
La ciudadanía debe exigir claridad y responsabilidad a sus representantes, y en este caso, es evidente que Delgado ha fallado en cumplir con esas expectativas.
El mentirita Pinnueve Delgado, miente más que Pinocho de la pescadilla.
Los NARCO-PILLOS Viven en la Cueva de ALIBABA y en la MENTIRA PERMANENTE
Xfavor quien no saben lo q son los blanquitos chantas mentirosos..corruptos y massss dijera….. batlle del 1 al ultimo son todos ..L…….
Estan despechados y salen a ensuciar l cancha metiendose con lo masss la Justicia ..
Lo que queda claro es que lo del intendente se trata sin duda de un asunto político. Como es política la mayoría de la vida ciudadana tanto de los personajes que la ejercen como los ciudadanos que la transitan. Tanto es politico alquilar una vivienda como tropezar con una baldosa, consultar al médico, o conducir un vehículo, todo ello genera responsabilidades y obligaciones o sea derechos y deberes políticos que gobiernan la vida diaria de las personas. Entonces no vociferar por compromiso partidario para defender conductas que pueden llegar a ser delictivas y para ello solo hay una palabra: la de la justicia.