Los hutíes denunciaron que Estados Unidos y Reino Unido lanzaron ataques aéreos contra múltiples objetivos en Saná y otras provincias de Yemen bajo su control. Los ataques se produjeron en respuesta a las acciones militares de los hutíes en el mar Rojo, cuyo fin es impedir el paso de barcos con destino a Israel.
Estados Unidos y Reino Unido defendieron sus ataques en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, asegurando que actuaron bajo el derecho internacional.
Por su parte, Rusia condenó la acción y la describió como «un pretexto para una mayor escalada» de las tensiones en la región. Centenares de miles de yemeníes protestaron en Saná contra los ataques.