Milky Chance, es el increíble dúo alemán formado por los amigos de la infancia Clemens Rehbein y Phillipp Dausch, y es hoy una de las bandas más importantes del mundo en rock folk alternativo.
Mientras se preparan para compartir las idiosincrásicas e inventivas canciones pop que pueblan su nuevo álbum Living In A Haze, se enorgullecen de contar con más de 15 millones de oyentes mensuales en Spotify, un envidiable currículum de giras (que incluye festivales como Coachella, Reading & Leeds y Lollapalooza), un calendario próximo de fechas de 2024 que representan los espectáculos más importantes de su carrera y una audiencia global que se extiende desde EE. UU. y México, LATAM, hasta la UE, Australia y más allá.
En su gira Latina durante mayo de 2024, los llevará por Bogotá, Lima, Santiago de Chile, Buenos Aires, Rio de Janeiro, San Pablo, Curitiba y Montevideo, el próximo 22 de mayo en la Sala del Museo.
En 2013 lanzaron su primer álbum Sadnecessary. Son conocidos principalmente por su sencillo Stolen Dance, cuyo videoclip acumula más de 800 millones de vistas en YouTube y los hizo conocidos mundialmente. Nadie se pudo resitir al mood de esa melodía.
Justo cuando la banda comenzó, su gran éxito “Stolen Dance”, que superó los mil millones de reproducciones en Spotify, brindó a Rehbein y Dausch una plataforma mucho más allá de lo que el dúo podría haber imaginado cuando grabaron la pista por primera vez en una configuración doméstica mínima. Hay una inquietud creativa que impregna Milky Chance que parece ansioso por evitar repetirse, no sea que se queden estancados en sus caminos y pierdan la chispa alegre que los unió cuando eran estudiantes de música adolescentes.
Con este nuevo material Milky Chance expande su sonido explorando nuevos géneros como el dance y el pop sin descuidar esa esencia orgánica que los dio a conocer en todos los rincones del mundo.
Es un momento emocionante tanto para la banda como para el oyente y quienes los vieron en vivo en marzo del 2018 en Montevideo, pueden dar fé de eso. Un show enérgico, cargado de canciones pegadizas, con la particular voz de su cantante y un movimiento escénico que te hipnotiza como una cobra. Cuando ese show de marzo del 2018 terminó, nadie se quería ir y todos los que habían quedado fuera, tuvieron que simplemente prometerse que no les iba a volver a pasar.
