A partir de los 40 años, mantener una vida saludable se vuelve crucial, y los expertos señalan que el entrenamiento de fuerza es el ejercicio más beneficioso para preservar la salud y la elasticidad del cuerpo. Este tipo de actividad no solo ayuda a fortalecer la masa muscular, sino que también contribuye a mantener sanas las articulaciones y a reducir el riesgo de enfermedades.
Un estudio reciente de la Universidad de Stanford, publicado en la revista Nature Aging, destaca que entre los 44 y 66 años el cuerpo experimenta un deterioro significativo. Por ello, es fundamental adoptar hábitos de ejercicio que contrarresten este proceso.
El genetista Michael Snyder enfatiza que levantar pesas, practicar pilates o yoga, que utiliza el propio peso del cuerpo, son excelentes opciones. Lo importante es priorizar el fortalecimiento y tonificación muscular, lo cual proporciona un mayor soporte al cuerpo en la vejez.
Incorporar el entrenamiento de fuerza en la rutina semanal puede ser clave para disfrutar de una vida plena y activa a medida que se envejece.
