Efectivos militares israelíes han demolido este domingo de nuevo empleando excavadoras un colegio palestino financiado con fondos de la Unión Europea en Bayt Tamar, a las afueras de Belén. La UE ha condenado la demolición.
Los militares entraron en la localidad y destruyeron el Colegio Yubbet Adh Dhib, que ya fue demolida hace seis años, según denuncia la agencia de noticias palestina WAFA.
El director de Educación de Belén, Bassam Yaber, ha explicado que la escuela daba servicio a 60 estudiantes entre primero y cuarto de primaria y ha recordado que ya fue demolida en 2017 y reconstruida ese mismo año.
El Tribunal Supremo israelí había autorizado en marzo la demolición del colegio y resolvió así el último recurso presentado por la organización humanitaria St. Yves y la Comisión de Colonización Resistencia al Muro, ha destacado el director de la organización propalestina, Hasán Briyié.
Briyié ha destacado que el colegio fue reconstruido en terrenos donados por clanes palestinos de la zona y con toda la documentación en regla.
Tras la demolición estallaron enfrentamientos entre las fuerzas militares palestinas y vecinos de la zona y emplearon gases lacrimógenos para dispersar a la población. Muchos de los vecinos tuvieron que ser atendidos por ahogamiento.
Más tarde ha trascendido que apenas unas horas después de la demolición vecinos de la zona y activistas han comenzado a reconstruir la escuela. Entre ellos hay miembros del grupo Comisión de Colonización Resistencia al Muro.
Condena de la UE
La UE ha condenado la demolición y ha recordado que había pedido a las autoridades israelíes que no ejecutaran la demolición «que afecta a 81 menores y a su educación».
«La Unión Europea condena la demolición de la escuela financiada con fondos de la UE de Yubbet Adh Dhib, en el territorio palestino ocupado», ha apuntado el Servicio de Acción Exterior de la UE en un comunicado.
Bruselas ha recordado además que «las demoliciones son ilegales según el Derecho Internacional» y que «se debe respetar el derecho de los menores a la educación». Por eso insta a Israel a «paralizar todas las demoliciones y desahucios» porque «solo aumentan el sufrimiento de la población palestina y provocan un incremento de la tensión».
La UE ha recordado que solo en 2022 se llevaron a cabo 954 demoliciones en Cisjordania, incluida Jerusalén Este, la cifra más alta desde 2016. «Más del 80 por ciento de las estructuras (781) estaban en la Zona C» de competencia exclusiva de las autoridades isarelíes, según Bruselas, que ha destacado que estos derribos provocaron 1.032 desplazados. «Este año sigue la misma preocupante tendencia», ha destacado la UE.
La organización pacifista Peace Now, Paz Ahora, había alertado de que el derribo lo solicitó la «organización derechista Regavim» por ser una construcción ilegal e insegura.
«Es una vergüenza que el Gobierno de Isarel (…) vaya a demoler una escuela para niños y niñas palestinas. El Gobierno jamás se ha preocupado de cumplir con sus obligaciones morales y legales de cubrir las más básicas necesidades de los vecinos palestinos de los Territorios Ocupados», ha denunciado.