El metaverso se refiere a un espacio virtual colectivo y persistente, donde los usuarios pueden interactuar entre sí y con el entorno digital mediante avatares, tecnología de realidad virtual (VR) y aumentada (AR). A diferencia de las plataformas digitales actuales, como redes sociales o videojuegos, que son experiencias más limitadas y aisladas, el metaverso busca crear un mundo digital inmersivo y expansivo que simule la realidad o, en algunos casos, la transforme en algo completamente nuevo.
En el metaverso, los usuarios pueden realizar una amplia variedad de actividades, desde asistir a conciertos virtuales, comprar bienes y servicios digitales, hasta participar en reuniones de trabajo o realizar actividades sociales. Además, las experiencias son cada vez más ricas, gracias a las mejoras tecnológicas en VR y AR, así como al aumento de la conectividad y la adopción de nuevas plataformas.
El concepto de metaverso fue popularizado en gran parte por el libro “Snow Crash” de Neal Stephenson (1992) y más tarde, en “Ready Player One” de Ernest Cline (2011). Sin embargo, lo que parecía un sueño lejano ha comenzado a materializarse gracias al impulso de gigantes tecnológicos como Meta (anteriormente conocida como Facebook), Microsoft, Google y otros. Estas empresas han invertido grandes sumas de dinero en el desarrollo de tecnologías y plataformas para dar vida al metaverso.
Meta, en particular, ha sido uno de los principales defensores del concepto, anunciando en 2021 su cambio de nombre y su enfoque estratégico hacia la construcción de un metaverso accesible para todos. La empresa de Mark Zuckerberg ha lanzado múltiples productos en realidad virtual, como Oculus y está desarrollando herramientas como “Horizon Worlds”, un espacio virtual donde los usuarios pueden interactuar, crear contenido y compartir experiencias.
Por otro lado, empresas como Microsoft están enfocadas en construir el metaverso desde una perspectiva más empresarial, ofreciendo plataformas como “Mesh” para reuniones de trabajo inmersivas y colaborativas. De igual manera, la industria de los videojuegos también juega un papel clave, con juegos como “Fortnite” y “Roblox”, que ya permiten a los usuarios crear, compartir y experimentar mundos virtuales de manera interactiva.
A medida que el metaverso sigue desarrollándose, sus aplicaciones se expanden más allá del entretenimiento y las redes sociales. El mundo laboral, por ejemplo, está experimentando una transformación con la implementación de entornos virtuales para reuniones de trabajo, capacitaciones y colaboraciones a distancia. En el ámbito del comercio, el metaverso también ofrece oportunidades para la compra y venta de productos digitales, como ropa, accesorios y bienes raíces virtuales. Las marcas han comenzado a incursionar en este espacio, creando tiendas y experiencias virtuales donde los usuarios pueden comprar artículos para sus avatares o incluso invertir en activos digitales como “NFTs” (tokens no fungibles).
A pesar del entusiasmo, el metaverso enfrenta varios desafíos. Uno de los principales es la necesidad de una infraestructura tecnológica más robusta que permita la conectividad global en estos entornos virtuales, lo que implica avances en redes 5G, hardware y software de alta calidad. Además, existen preocupaciones relacionadas con la privacidad, la seguridad y el acceso equitativo a estas nuevas tecnologías. ¿Y tú, qué piensas del nuevo futuro digital?