El futuro ministro del Interior Carlos Negro se prepara para “ir hasta el hueso” en cárceles, armas y crímen organizado

No estaba en el radar del gobierno electo; su nombre apareció a último momento y en su nombramiento fue clave el futuro prosecretario Jorge Díaz

El nombramiento del exfiscal Carlos Negro como futuro Ministro del Interior fue una de las novedades del gabinete presentado por el presidente electo Yamandú Orsi, el lunes 16 de diciembre. Negro, hombre de confianza del exfiscal de Corte y Procurador General de la Nación, Jorge Díaz, designado éste como prosecretario de la Presidencia, renunció a su cargo el mismo día de la presentación. Negro, a quien se lo cataloga como independiente, se desempeñaba hasta en ese momento como fiscal de Homicidios de 1er Turno. Díaz fue clave en esta designación que, en principio, no aparecía en los planes del gobierno electo. Según ha trascendido, Negro tendrá un rol protagónico en la definición de las políticas públicas orientadas a la convivencia pacífica. En este esquema, el nuevo Ministerio del Interior formará parte de ese troncal central desde donde se plantea combatir a la criminalidad –en particular el narcotráfico y el accionar de bandas criminales-. El propio Carlos Negro ha manifestado que la intención es que desde Presidencia de la República se “coordinen todas las políticas públicas” dirigidas a combatir el problema de los homicidios. Señaló que este flagelo es “multicausal” y por lo tanto involucra a todas las políticas del Estado.  También afirmó que la base de los índices de criminalidad en la fase preventiva es un pilar fundamental . Negro señaló que en los temas en los que se centrará su accionar será en el tema cárceles, tráfico y portación de armas y crimen organizado. En cuanto a las cárceles, en una reciente entrevista, el presidente electo, Yamandú Orsi, adelantó lo que le espera al exfiscal. En declaraciones a Voces, Orsi habló de que el nuevo gobierno deberá “ir hasta el hueso” respecto a la situación del sistema carcelario  a la que definiió como “explosiva”. “Es claro que el tema de la delincuencia, del crimen organizado, tiene una relación directa con lo que pasa allá adentro. Y no se trata solo de la universidad del delito como se dice habitualmente. No solo eso, sino que opera desde ahí”, agregó el futuro mandatario.

Respecto al accionar de la policía, desde su rol de fiscal, Negro considera que ha sido testigo de una mejora en cuanto al equipamiento tecnológico y a la capacitación profesional . No obstante, reconoció que, “siempre va detrás del crimen y eso es bastante inmodificable, aunque la policía lo hace de forma constante y efectiva dentro de las posibilidades que tenemos”.

La posta

Negro ha recibido elogios y buenos augurios desde casi todas las tiendas políticas y también desde el propio gobierno. Un día después de la presentación del gabinete, asistió como invitado a la presentación del “Libro blanco de reforma penitenciaria” redactado en el marco de la Estrategia de Seguridad Integral y Preventiva del Ministerio del Interior. El titular de la cartera, Nicolás Martinelli, se refirió a Negro con mucho respeto y ponderación, deseándoles éxitos en su gestión. “En unas semanas le entregaré la posta a Carlos, vamos a entregar sin duda un ministerio mucho mejor de lo que lo encontramos en marzo de 2020 y le deseo a Carlos y a todo su equipo que en marzo de 2030, cuando les toque entregar la posta a un nuevo ministro de un nuevo gobierno, también él tenga la posibilidad de entregar un mejor ministerio que el que le entregamos nosotros porque de eso se trata de ir evolucionando y mejorando”.

Abogado sin cuña

Carlos Negro es doctor en Derecho y Ciencias Sociales. Estudió en la Universidad de la República (Udelar) y se recibió en 1991. “Vengo de una familia donde no existen ni existían abogados (o) gente de formación jurídica”, relató en el ciclo de entrevistas Conociendo a los fiscales publicado por Fiscalía de la Nación. Este origen, según detalló, era un problema para ejercer como abogado en la actividad privada, por lo que poco tiempo después de recibirse decidió concursar para ser fiscal y a partir de ahí comenzó su carrerera, al principio en el interior, luego en Montevideo y después otra vez en el interior para, finalmente, llegar en 2011 a Montevideo.

“Soy un agradecido a la vida por haber podido vivir en el interior. Yo viví muchos años en el interior, muchos años en la ciudad de Young, a pesar de trabar en otra sede pero tenía mi centro de vida familiar y de residencia en Young”, afirmó. “No solo siento cariño por la ciudad de Young sino por la gente del interior que me ha dado una experiencia de vida que es intransferible y que no se adquiere de ninguna otra forma que no sea viviendo en el lugar”, declaró.

La LUC: críticas y elogios

En la entrevista, Negro fue consultado acerca de los cambios introducidos por la Ley de Urgente Consideración (LUC). En ese sentido, afirmó que algunos de ellos, “tienen repercusiones en la realidad forense, en el territorio, implican cambios en algunos casos en el aumento de penas por la imposibilidad de bajar algunos mínimos y eso tiene una repercusión inmediata en la cantidad de pena que se está imponiendo”.

Agregó que la LUC también tiene “importantes limitaciones” por ejemplo en el régimen de libertades con la eliminación de la suspensión condicional que a  su juicio “era un instituto muy útil para el sistema porque implicaba la retribución a la víctima de la sociedad en un conflicto de menor nivel, y eso repercute en la cantidad de gente que termina presa”.

“Hay un aumento de personas que terminan en la cárcel respecto al antes de la LUC. Eso si es bueno o es malo es una evaluación que corre por otros carriles”, analizó.

Afirmó que, en definitiva, con la entrada en vigencia de la LUC, “la realidad tangible es que hay un aumento de gente en el cárcel”. Por otra parte, destacó como positivo que en la LUC “hay algunos institutos procesales nuevos como el proceso simplificado que ha generado una nueva herramienta de trabajo, a mi juicio, para los fiscales de trabajo no solo cuando se concreta el proceso simplificado que tiene plazos más breves que el juicio oral y público, sino que aparte también es un proceso de negociación que se suma cuando uno está tratando de lograr una imputación mayor”. Agregó que, si no se acepta ese camino por parte del imputado y su defensor, “uno tiene la chance de llevarlo a un juicio simplificado cuando tiene, eso sí, prueba arriba de la mesa”. Agregó que “es un juicio que implica, para recorrerlo con éxito, que el fiscal cuente con evidencia sólida y contundente. Si la tiene, es una buena decisión, y es una buena herramienta para negociar o para concretarlo en el juicio logrando una buena imputación de mucha carga punitiva en plazos breves”

Negro recalcó que el proceso simplificado es una “muy buena herramienta” para la fiscalía porque “logra en definitiva un acuerdo más beneficioso y no termina recorriendo el sendero del juicio simplificado”.

Juicio por jurado

Por otra parte, Negro es partidario del juicio por jurado porque le confiere al sistema judicial una “gran dosis de legitimidad”. Agregó que en la actualidad, “asistimos a sistemas que se han desprestigiado, que la gente los siente ajenos, que la gente no lo entiende, que se han tornado temas oscuros como son los temas judiciales o de la justicia, en particular, la justicia penal. Esto es porque se maneja hasta un idioma jerga jurídica diferente, pero no se despoja de ese velo y le resultan desconocidas”.

“El juicio por jurado, lo que hace es introducir al pueblo a la gente en las decisiones judiciales y comprometerla con las decisiones judiciales, es como una obligación cívica más, como ir a votar. En la mayoría de los países del mundo democrático, las obligaciones son votar y comparecer a los jurados cuando se los llama” afirmó.

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