El gobierno del anuncio y cuatro pilares para administrar la educación

La ciudadanía va teniendo claro, ya a esta altura, que estamos frente a un gobierno de anuncios que no se concretan, el incumplimiento de las promesas de campaña y un deterioro de las condiciones de vida de las grandes mayorías.

A la hora de mirar lo educativo la situación no es diferente, de aquellos diagnósticos catastróficos a las acciones de hoy la inconsistencia es notoria. Lo saben quienes participan de la educación, estudiantes, familias, docentes y funcionarios pueden dar cuenta de ello.

El gobierno se enfrenta a un segundo tramo de la gestión y por tanto está frente a la oportunidad de corregir aquello que la ciudadanía no está observando con buenos ojos. La buena política debe servir para eso.

En el caso de la educación se pueden observar cuatro acciones consistentes con una perspectiva que no parece la mejor, ni parece resolver los desafíos que tienen que ver con lo educativo en Uruguay.

El primer pilar: la persecución a los docentes

Esto ha sido una constante en varios frentes del gobierno, no dejaron lugar sin dar señales claras de que venían a poner las cosas en orden ya que entienden el oficio docente de una forma restrictiva.

El primer movimiento fue en sumarios, San José es un ejemplo de ello pero hay varios más. Hay investigaciones administrativas y sumarios a discreción, ante cualquier tema en cualquier lugar del país, salvo que se refieran a títulos inexistentes, esto está claramente orientado a infundir temor en docentes y funcionarios. El clima de temor en los centros educativos no tiene mucha evidencia que produzca mejoras en los aprendizajes, más bien lo contrario.

También es posible observar en una reedición del debate sobre la laicidad con Ley de Urgente Consideración, colocar nuevamente la reflexión en clave de “adoctrinamiento” por parte de varios actores políticos y el uso de la misma a los efectos de resolver procedimientos administrativos.

A esto también le podemos sumar la Comisión Investigadora sobre Fenapes en el Parlamento y las “conclusiones” filtradas constantemente a la prensa.

Si estas acciones no fueran consideradas suficientes podemos sumar las denuncias penales a ex consejeros de secundaria por el gobierno del Frente Amplio.

Claramente se asiste a una especie de “disciplinamiento” a los docentes o que al menos piensen dos veces en lo que van a hacer.

De hecho, se suman noticias de estos días, a partir de lo que fueron los debates de las Asambleas Técnico Docentes, se redacta una resolución referida a los temas que son plausibles de discutir o no en las Asambleas.

Esto no solo corresponde a un estilo autoritario de administración de lo educativo, violenta derechos y otros etc., sino que además perjudica directamente a los estudiantes al introducir toda esta presión sobre los centros educativos.

El segundo pilar: el recorte presupuestal

En principio fue anunciado como una notoria mejora en la gestión, pero a medida que avanzaba el gobierno los docentes podían ver en sus salarios la pérdida constante de estos años, las maestras comunitarias reciben un mes menos de remuneraciones, se perdieron horas de coordinación, se aumentó la cantidad de estudiantes por grupo en educación media, se modificaron programas como la Formación Profesional Básica de Utu haciéndolos “más económicos”, entre otras acciones de mejora de la ejecución.

Al mismo tiempo se observa la disminución de niñas y niños que asisten a tres años, se ralentiza la transformación de centros educativos a modalidad de jornada completa, entre otras decisiones que parecen tener bastante que ver con el mayor recorte a la educación pública de las últimas décadas.

A esto se debe sumar el triste manejo que se ha hecho del tema alimentación de los estudiantes mientras aumenta la demanda sobre los centros educativos porque la política económica hizo aumentar la pobreza en todos los tramos de edad de infancias y adolescencias. 

También el recorte presupuestal impone restricciones en las medidas más que necesarias para mitigar los efectos de la pandemia sobre los aprendizajes, la socialización y las formas de estar de los gurises en los centros educativos.

Todo esto que describimos es posible encontrarlo en las actas del Parlamento ya que lo han explicado las autoridades en diferentes comparecencias.

El tercer pilar: el cambio curricular

Es una de las acciones más publicitadas y que ha sido acompañada de giras por el país de las autoridades.

Propone el abordaje por competencias de la enseñanza y los aprendizajes, algo que en Uruguay ya existe hace años y se puede observar en el Marco Curricular para la Primera Infancia o en el Marco Curricular de Referencia Nacional. Los marcos curriculares anteriores fueron trabajados por actores de las instituciones, la academia, los docentes entre otros y no presentaban conflictos.

Una mala discusión de lo curricular es negativo para los procesos de nuestros estudiantes, impide avanzar en lo que van a aprender en nuestras aulas, incorporar nuevos saberes que son necesarios para un mejor desarrollo, es decir que es un desafío importante mejorar el proceso de cambio de forma de hacerlo sustentable.

El gobierno optó por hacer su propio marco curricular, en soledad, con procedimientos de consulta bastante escasos o sin profundizar mucho en la participación de estudiantes, familias, docentes, entre otros. A cuenta de mayores comentarios este no parece el mejor camino.

El signo del cambio podemos decir ha sido el no diálogo, la no construcción de acuerdos, y esto siempre es un riesgo a la hora de planificar y pensar la educación que requiere de procesos largos.

Pero es un riesgo aún mayor cuando la implementación de los cambios va a depender también del gobierno siguiente

El cuarto pilar: el relato

Las formas en las cuales se conversa de educación han sufrido variaciones importantes, de aquello de que estaba todo mal pasamos a que sí estaba mal pero no tan mal. 

El gobierno no puede mostrar mejoras en ninguno de los indicadores que prometió mejorar y de hecho si podemos encontrar indicadores del funcionamiento de nuestra educación que han empeorado, sin mencionar las condiciones de vida de nuestras infancias que hacen mucho al tema.

En horas vacantes en educación media la gestión es mala (se puede decir que hay un departamento del tamaño de Durazno sin profesores), en los aspectos de alimentación son incontables los errores que han afectado el servicio, entre otras cosas que dan cuenta de que la gestión más centralizada no ha mejorado, sin embargo, esto parece ser un asunto de debate en las redes sociales donde se realizan y resuelven las denuncias ya que no abundan los medios de comunicación que den cuenta de las dificultades. Tal vez sea hora de modificar este pilar también.

El gobierno del anuncio y los cuatro pilares tienen una oportunidad inmejorable en esta rendición de cuentas de enderezar el camino hacia uno que sea más fecundo para nuestros gurises, comunidades, funcionarios y docentes. Seguir por el trillo de los anuncios sin concretar y persistir en pilares que no ayudan no parece ser la mejor opción, al menos para las grandes mayorías.

Pablo Caggiani

Maestro, directivo de Ineed y exconsejero del CEIP

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