Las bajas temperaturas, de este invierno en Turquía y Siria, agravaban este jueves la situación de los sobrevivientes y dificultaba el desesperado trabajo de los socorristas en ambos países, donde el potente terremoto del lunes dejó más de 17.100 muertos y más de 60.000 heridos.
Transcurridas ya las primeras 72 horas tras el sismo, el periodo con más posibilidad de salvar vidas, se teme que el balance de muertos pueda subir dramáticamente debido al elevado número de personas que se calcula que todavía están atrapadas entre los escombros.
Pasadas ya las primeras 72 horas tras el sismo, el periodo con más posibilidad de salvar vidas, se teme que el balance de muertos pueda subir dramáticamente debido al elevado número de personas que se calcula que todavía están atrapadas entre los escombros.