El organismo ha reconocido que «en los últimos días y semanas» se han confirmado explosiones «a cierta distancia de la planta de energía nuclear», si bien es cierto que otras se han producido en puntos «mucho más cercanos a la instalación».
En este sentido, el OIEA ha destacado que el miércoles a primera hora del día se detectaron hasta ocho «fuertes detonaciones» que llegaron incluso a provocar vibraciones en las ventanas de las oficinas en las que trabajan expertos del organismo.
Así pues, el director general del OIEA, Rafael Grossi, ha aprovechado la ocasión para remarcar la «importancia vital de acordar e implementar una zona de protección de seguridad nuclear» en torno a la central de Zaporiyia.
«Una zona de seguridad ayudaría a proteger la central nuclear de Zaporiyia, asegurándose de que no sea un objetivo y tampoco se use para ataques desde el sitio», ha apuntado Grossi al respecto de una medida que ya recomendaron hace meses. De hecho, Grossi compareció ante el Parlamento Europeo esta semana para agradecer el «fuerte apoyo» recibido por las potencias europeas al respecto, si bien alertó de que «se necesita más». «No podemos parar», aseguró.
A principios del mes de septiembre, una misión del OIEA dirigida por Grossi visitó la central nuclear después de lo que varios empleados del organismo se quedaron en el lugar como observadores internacionales. La central nuclear de Zaporiyia, considerada como la más grande de Europa, ha sido escenario de enfrentamientos entre las tropas ucranianas y rusas desde los primeros compases de la guerra. A mediados de octubre Moscú aseguró haber tomado el control de las instalaciones.